lunes, 13 de diciembre de 2010

La espiritualidad en la vida consagrada

Hablar de espiritualidad es hablar de un concepto vastísimo, es hablar de religión y de espiritualidad como dos conceptos que no necesariamente están unidos y que lo ideal es que así lo fuera pero que desgraciadamente la mayoría de las veces estos dos conceptos están separados de una manera abismal. 

El vivir una religión sin espiritualidad implica seguir al pie de la letra cada uno de los preceptos marcados por ley, que se convierten en rituales y que ponen énfasis en lo externo, sin embargo, vivir la religión de una manera mas interna es hacer énfasis en la espiritualidad y en la experiencia interna, donde el ser humano en primer lugar se descubre a si mismo para así descubrir la trascendencia y a Dios mismo. Y la pregunta aquí sería ¿Cómo podemos descubrir la grandeza de Dios sin antes haber descubierto la nuestra? Y parecería que se escucha muy soberbio pero es cierto, nosotros mismos es lo que mas tenemos a la mano. Es como querer hacer un viaje en una nave espacial cuando ni siquiera te haz subido a un avión. Es ver primero en ti que eres la imagen y la semejanza de Dios para así acceder al Dios mismo. Es primero ver en ti tu propia fortaleza y a la ves tu propia debilidad…

Hablar de espiritualidad es hablar de Amor por encima de la ley y de los preceptos, es acceder al infinito y estar por encima de lo humano y por consecuencia trascender…

La espiritualidad es por tanto, la búsqueda del desarrollo íntegro del espíritu y es el único camino a seguir para llegar a la perfección y es aquí donde el vacío existencial, la falta de fe, el sinsentido de la propia existencia no tiene entrada en la vida de la persona porque el que está conectado a una realidad sobrenatural vive la experiencia mas grande que es el saber que estamos cerca de lo Divino…
Por: Susana S. Polanco 
http://www.almas.com.mx/almas/artman/publish/article_1532.php

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