jueves, 31 de julio de 2008

Algunas pautas para el servicio

Intentar servir a otros lleva consigo el ser atrapado por muchas tensiones; algunas acosan desde fuera y otras asaltan desde dentro. ¿Cómo podemos permanecer enérgicos, efectivos y auténticos? He aquí algunas directrices o pautas para el largo camino:

Sitúate más allá de las ideologías; sé a la vez post-liberal y post-conservador.
¡Ten un número ideológico que no figure en la lista! Rechaza el ser pre-definido por ideología alguna, tanto de la izquierda como de la derecha.
Como Jesús, trasciende fronteras, sorprende constantemente, rechaza ser clasificado.No seas ni liberal ni conservador; sé hombre o mujer de fe y de compasión, y que eso te apee y te haga tocar tierra en cualquier camino que emprendas, sea liberal o conservador.

Procura encarnar a la vez al Cristo humillado y al Cristo triunfante.
¡No tengas miedo de ser un “don nadie” y tampoco temas ser “don todo”! Cristo se despojó a sí mismo y rehuyó reclamar posición alguna o prestigio, o destacar con títulos públicos, con indumentaria distintiva, o con cualquier exhibición triunfante de poder. Pero él es también el Cristo que resucitó triunfante de la tumba, y que debe ser proclamado públicamente, con colorido, sano orgullo y exhibición. Él es a la vez el Cristo del testimonio silencioso y anónimo, y el Cristo de las procesiones públicas y tumultuosas. Honra a los dos.

Declárate a favor de los marginados, sin ser marginado tú mismo.
¡Actúa con habilidad, camina por la cuerda floja fina! Adopta tu postura en favor de los marginados, justo mientras se te conoce por tu cordura, sensatez y capacidad de relacionarte afectuosa y profundamente con toda clase de personas y grupos. Que te reconozcan por tu postura radical a favor de los pobres, mientras te reconocen también por el amplio alcance de tu abrazo. Sé líder y dirige sin ser elitista.
¡Déjate dirigir por el artista, pero escucha también a la gente de la calle! Sé líder, esteta, artista, persona creativa que intente conducir a otros hacia adelante, aun cuando rehuyas el elitismo de cualquier clase, y asegúrate de que todo tipo de personas se sientan cómodas y a gusto junto a ti. Sé líder, pero con empatía, sin desdeñar ni menospreciar la cultura, los sentimientos y la piedad de otros.

Sé al mismo tiempo iconoclasta y piadoso.
¡No tengas miedo de destrozar a los ídolos, pero, por otra parte, no temas inclinarte haciendo una reverencia! El problema está en que los piadosos no son liberales y los liberales no son piadosos. Trata de ser los dos a la vez; el uno no funciona sin el otro. Los corazones grandes sostienen bien cercanos principios contradictorios, no así los corazones chiquitos. Contribuye a hacer añicos falsos dioses que deben ser destrozados, aun cuando tú no tengas reparo en arrodillarte frecuentemente en oración con reverencia.

Comprométete por igual a la justicia social y a la intimidad con Jesús.
¡Ve aprendiendo a sentirte igualmente cómodo dirigiendo tanto una marcha por la paz como una oración devocional! No hagas opción entre la justicia y Jesús, entre comprometerte a favor de los pobres y en fomentar una intimidad personal con Jesús. No elijas entre interioridad y acción. Dorothy Day no lo hizo. Es una lección para todos.

Sitúate plenamente en el mundo, aun cuando te sientas arraigado en alguna otra parte.
¡Vive en una complejidad atormentada! Ama al mundo, ama su belleza pagana, déjate asombrar por él, aun cuando tengas tu corazón arraigado en algo más profundo, de forma que las realidades de la fe también te asombren. Aguanta la tensión entre un amor imposible por el mundo y un amor igualmente desesperado por las realidades que lo trascienden.Ama al mundo como amarías a un amante que tuviera algunas rarezas de carácter y debilidades que te causan dolor. Ora mucho. Llora de vez en cuando. Acércate a hurtadillas a una iglesia cuando lo necesites, y camina regularmente al sol. La iglesia tiene secretos dignos de conocerse, y el mundo es también hermoso.

Reflexiona y medita, en sentido bíblico, aguantando la tensión dentro de la comunidad.¡Trágate la tensión que haya en torno a ti! María meditó profundamente, no dando vueltas a pensamientos profundos intelectuales, sino aguantando, cargando y transformando la tensión para no responder con la misma moneda. Como Jesús, ella colaboró a eliminar el pecado y la tensión absorbiéndolos, como un filtro de agua guarda las impurezas, las toxinas y la suciedad dentro de sí y devuelve sólo agua pura. Intenta ser absorbente de tensiones dentro de las comunidades en que vives. Absorbe la amargura, el rencor, la insensibilidad y dureza, la histeria de grupo, la falta de reconciliación, como pudiera hacerlo un filtro de agua. Y después, tómate un buen vaso de vino con un amigo para deshacerte de tus propias toxinas…Contribuye a personificar una madurez más profunda.
¡Ve a lugares oscuros o dudosos, pero no peques! Lucha por la libertad que gozamos como don de Dios, mientras sirves de ejemplo y muestras a otros cómo la libertad puede lograrse sin abusar jamás de ella. Como Jesús, que se asoció con los pecadores y marginados de su tiempo (aunque no pecó), camina tú con gran libertad, y si vas a lugares siniestros y de dudosa reputación, entra allí no para imponer tu autonomía humana, sino para recibir la luz de Dios.

¡Muestra tu amor a la canción (al servicio)!
¡Olvídate de ti mismo y de cómo los demás reaccionan ante ti! Un mal cantante muestra en el escenario su amor a sí mismo; un cantante más maduro muestra su amor a su audiencia; y un cantante realmente maduro muestra su amor a la canción. En el servicio ocurre lo mismo. Olvídate de ti mismo, de tu imagen, de la necesidad de demostrar tu valía, y finalmente olvídate también de tu audiencia, de forma que tú y tu canción -tu servicio- no se centren ni en ti mismo ni en tu gente, sino en Dios.
Ron Rolheiser (Trad. Carmelo Astiz)

sábado, 26 de julio de 2008

Opción radical por Dios

A lo largo de las últimas décadas, se ha venido poniendo de relieve ‑aunque, quizás, más en la reflexión doctrinal que en la vida‑ la dimensión teologal y contemplativa de la vida religiosa1. Hay que recordar que lo teologal añade a lo simplemente teológico la inmediatez. Y que la consagración religiosa, que es, ante todo, "una acción divina" (EE 5), porque es Dios mismo quien consagra, se caracteriza precisamente, por parte del hombre, por ser una entrega total e inmediata ‑directa, sin rodeos, de tú a Tú‑ a Dios. No es una entrega exclusiva, como se repite inconsideradamente, incluso en algunos documentos del magisterio. Pero, tampoco es, hablando con propiedad, una entrega al culto o al servicio de Dios, sino a Dios mismo. Por eso, la profesión religiosa es un acto de las virtudes teologales, más que de la virtud moral de la religión.
La primera dimensión del misterio y de la vida de Jesús es, sin duda, su inmediata y total referencia al Padre. Jesús está y vive cautivado por el Padre, centrado absolutamente en el Padre, enamorado del Padre, prendido y prendado del Padre, en dependencia filial y amorosa del Padre, absorbido por la voluntad del Padre, en viva y permanente comunión y comunicación con el Padre. Su virginidad, su obediencia y su pobreza tienen, ante todo, esta dimensión teologal: Son el grito existencial de su Filiación. (Esto resalta clamorosamente en todas las páginas del Evangelio, principalmente en el Evangelio según San Juan).

Si los religiosos queremos, de verdad, seguir e imitar evangélicamente a Jesucristo, tenemos que destacar, en primer lugar, la dimensión teologal-contemplativa de nuestra vida. Por eso, se ha dicho acertadamente: "El primer paso concreto que el Espíritu quiere que hagamos es una opción radical por Dios"2. La auténtica vida consagrada sólo puede brotar, en última instancia, de la inviolable certidumbre de ser amados por Dios con amor personal e infinito. Desde esta inviolable certidumbre, convertida en experiencia viva, surge la necesidad de dar una respuesta de amor apasionado, que se traduce en opción radical por ese mimo Dios, que es Amor y que nos ama. Su amor -que es no sólo anterior al nuestro, sino también causa y principio de nuestro mismo amor3- nos hace responsables, en cuanto que nos capacita para responder y nos urge a responder. "Amamos nosotros, dice Juan, porque él fue el primero en amarnos" (l Jn 4, 19). Y es Jesús la máxima epifanía y la suprema demostración del Amor que Dios es y del Amor que Dios nos tiene. Por eso, "Cristo da a la persona dos certezas fundamentales la de ser amada infinitamente y la de poder amar sin límites" (VFC 22). Y "proclama, a través de la cruz, que no se puede dudar de ser amados por el Amor" (VFC 37).

"Si no hay experiencia del amor, no hay vida religiosa. O el religioso cree en este amor o no hay vida religiosa. Pero el amor pide amor. La experiencia del amor de Dios no es auténtica si no provoca la respuesta de amor. La radicalidad de su amor exige otra radicalidad... Dios quiere ser amado con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas. Creo que e el corazón de cada religioso tiene que madurar este deseo de integridad, de totalidad en el amor, sin compromisos y sin medios términos... En un momento en que la vida religiosa está en búsqueda de su identidad, estoy seguro de que orientando la atención sobre la opción de Dios vamos hacia el corazón mismo de nuestra vocación particular. Centrados de nuevo en Dios, seremos capaces de dibujar de nuevo el mapa de nuestro itinerario de presencia eclesial y de dinamismo apostólico"4.

Por ser una 'consagración total' e inmediata de la persona por Dios y a Dios, la vida religiosa tiene que afirmar la primacía absoluta de Dios, que merece ser buscado, amado y adorado por razón de sí mismo, aunque no nos diera nada, y por el que vale la pena dejarlo y perderlo todo. Más aún, la vida religiosa tiene que ser una vigorosa experiencia de un Dios incomprensible, siempre mayor, mayor que nuestra razón y que nuestra conciencia (cf l Jn 3, 20). Y, por eso mismo, infinita Presencia y Amor inconmensurable para nosotros.

En consecuencia, los religiosos han de dedicar mucho más tiempo a la oración, convirtiendo incluso toda su existencia en una liturgia viva5. Han de ser testigos, convencidos y convincentes, del Dios vivo y del Dios de la vida, en un mundo dominado por un 'ateísmo' práctico -por la superstición y por la invasión de las sectas-, por una cultura de muerte y por múltiples formas de idolatría. La vida religiosa tiene que superar definitivamente toda dicotomía entre consagración y misión -entre pertenencia a Dios y entrega a los hombres-, y buscar a Dios "en todos y en todo", no sólo en los sacramentos y en la oración, sino también "a través de lo creado y de lo humano, sobre todo en las relaciones personales"6. Tiene, además, que demostrar -y 'demostrar' es hacer ver con argumentos convincentes, y el argumento más convincente es el del ejemplo de los propios religiosos- que Dios es el gran amigo del hombre, que quiere de verdad la plena realización del hombre.

El cristiano, y singularmente el cristiano‑religioso, tiene que ser un testigo del Dios vivo. Un testigo que ha experimentado, en la certidumbre inviolable de la fe, la realidad infinita de ese Dios incomprensible ‑siempre mayor‑, como el verdadero misterio de la propia existencia. Sólo se puede ser testigo desde una experiencia viva, personal e inmediata. En este campo, nadie puede suplir a otro, porque cada persona es irreemplazable, y tampoco se puede vivir de herencia. Porque Dios es incomprensible, no hay que pretender abarcarle. Más bien, hay que dejarse invadir por él y sumergirse en su absoluta infinitud.

El religioso, por su total consagración a Dios, afirma existencialmente la primacía absoluta del mismo Dios y convierte su vida entera en culto litúrgico, viviendo en adoración permanente y en continua alabanza. El religioso es testigo de que Dios merece ser buscado, amado y adorado por razón de sí mismo, y no sólo por los dones o beneficios que de él se han recibido o se esperan recibir. Al rendir culto a Dios como a único Señor, el religioso es soberanamente libre y es de verdad 'él mismo'.

Hablando de la vida religiosa y de su esencial dimensión contemplativa7, la SCRIS ‑hoy, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada‑ ha dicho textualmente:

"La dimensión contemplativa es radicalmente una realidad de gracia, vivida por el creyente como un don de Dios, que le hace capaz de conocer al Padre en el misterio de la comunión trinitaria y de poder gustar las profundidades de Dios... Describimos la dimensión contemplativa fundamentalmente como la respuesta teologal de fe, esperanza y amor con la cual el creyente se abre a la revelación y a la comunión del Dios vivo por Cristo en el Espíritu Santo" (DCVR 1).

Esta dimensión contemplativa, que brota de la misma entraña de la consagración teologal y que es su expresión dinámica, "se manifiesta en la escucha y meditación de la palabra de Dios, en la participación de la vida divina que se nos transmite por los sacramentos, muy especialmente por la Eucaristía, en la oración litúrgica y personal, en el deseo constante de Dios y en la búsqueda de su voluntad, tanto en los acontecimientos como en las personas, en la participación consciente de su misión salvífica, en el don de sí mismo a los demás para el advenimiento del Reino. De ahí viene al religioso una actitud de continua y humilde adoración de la presencia de Dios en las personas, acontecimientos y cosas... Todo esto se realiza a través de una progresiva purificación interior, bajo la luz y guía del Espíritu Santo, de modo que podamos encontrar a Dios en todo y en todos para llegar a ser alabanza de su gloria" (DCVR l).

Por eso, el mismo Derecho ha recordado que "la contemplación de las cosas divinas y la asidua unión con Dios en la oración es el primero y principal deber (=oficio) de todos los religiosos" (c. 663, 1).

Mons. Fernando Sebastián ha denunciado, una vez más, "con tanta claridad como amor" una "situación lamentable y penosa porque desnaturaliza la verdadera renovación conciliar de la Iglesia":

"Es verdad, una triste verdad, que hay demasiados religiosos y religiosas seducidos por las versiones temporalistas del evangelio y por las pretendidas eficacias 'liberadoras' o 'transformadoras' del evangelio. No digo yo que estas dimensiones del evangelio no sean verdaderas ni importantes, digo que cuando se buscan directamente, dejando a un lado los aspectos expresamente religiosos y escatológicos del mensaje de Jesús y de la experiencia cristina, nuestro testimonio y nuestra vida degeneran y se secan. Nuestra sal se vuelve sosa... En estos momentos es un mal servicio a la Iglesia, a la gente y al Reino de Dios. Donde la alabanza de Dios y la esperanza de la vida eterna no es lo primero ya no estamos en el evangelio de Jesús ni en la tradición de la Iglesia. Me gusta el testimonio de los religiosos cuando es verdaderamente evangélico, expresa y radicalmente religioso, teologal, de gracia, de fuerte color escatológico. Y desde ahí, sin ruido, sin críticas amargas ni actitudes despectivas, un radical testimonio de fraternidad y de servicio. Con pocas palabras y muchos hechos, con poca publicidad y mucha misericordia. Y esto en todos los lugares y con todas las gentes, en los suburbios y en la Universidad, con los desheredados y con los profesionales aturdidos e inquietos. Siempre con un gran sentido de eclesialidad, de obediencia y de disponibilidad. Sin disyuntivas ni alternativas rígidas e intransigentes"8.

Ser de verdad contemplativo no es tanto contemplar uno mismo cuanto saberse contemplado por Dios, y dejarse mirar por él con una mirada única, transida de ternura, irrepetible, capaz de expresar toda la existencia. Es consentir activamente en esa mirada amorosa, acogiéndola con asombro y gratitud estremecida. Es dejarse mirar amorosamente, manteniéndose en actitud abierta y pacífica, ante esa mirada que envuelve, que penetra, que purifica y que transforma. Son, a este respecto, profundas y certeras las palabras siguientes: "El contemplativo es el que se descubre contemplado por Dios, identificado por una mirada capaz de explicar su existencia única, irrepetible"9.

Acertadamente, y a este respecto, ha escrito Alessandro Pronzato: "Conocer a Dios, para un creyente, no significa tanto tener ideas acerca de Dios, cuanto descubrir que él me conoce, él me mira, él se interesa por mí, él no me pierde de vista, él ha posado su mirada sobre mí. Desde siempre"10.
Orar cristianamente es dejarse mirar amorosamente por Dios.

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1. SCRIS, Dimensión contemplativa de la vida religiosa (DCVR), 12 de agosto de 1980; CDC, cc. 6O7, 1; 663, 1; 675, 2; etc.
2. F. CIARDI, OMI, Identidad y Comunión: ¿Cómo está hoy la vida religiosa, en "CONFER", 124 (1993), p. 681.
3. "En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su único Hijo" (l Jn 4, 10). "Amamos nosotros (=podemos amar nosotros), porque él fue el primero en amarnos" (l Jn 4, 19).
4. F. CIARDI, O.M.I., ibíd., pp. 680, 681 y 682.
5. CDC, c. 607, 1: "La vida religiosa, en cuanto consagración de toda la persona, manifiesta en la Iglesia aquel admirable desposorio, fundado por Dios, que es signo del mundo futuro. De este modo el religioso consuma la plena donación de sí mismo como un sacrificio ofrecido a Dios, por el cual toda su existencia se convierte en un culto continuo a Dios en amor".
6. CONFÉRENCE RELIGIEUSE CANADIENNE, Nouvelles tendences dans la vie religieuse, Otawa, 1969, p. 41.
7. SCRIS, Dimensión contempla­tiva de la vida religiosa (DCVR), del 12 de agosto de 1980
8. F. SEBASTIAN AGUILAR, C.M.F., Dios, centro de gravitación del hombre, en "Vida Religiosa", 66 (1989), p. 69.
9. ARTURO PAOLI, La radice dell'uomo, Brescia, l970, p. 1.
10. ALESSANDRO PRONZATO, La provocación de Dios, Salamanca, 1975, 2ª ed., p. 19.

Orar

“El que NO ora no necesita que el demonio venga a arrastrarlo, él solo se precipitará en el infierno”.
(Palabras de Santa Teresa de Ávila)
Guarda cuidadosamente un único secreto: “La Oración”. Nadie tiene más poder que el hombre que ora, porque el Señor ha prometido concederle todo lo que pida. Cuando ustedes están unidos en la oración el Señor está en medio de ustedes.
Después de la Santa Misa, no hay oración más poderosa que El Santo Rosario.

Los Carismas

Etimología: del griego, charis+ma.
Char: algo que causa felicidad.
Charis: conceder gracia, favor gratuito de Dios.
Ma: es el objeto y el resultado de una acción.
"charisma": el resultado de haber recibido el charis (don de Dios).

Los carisma son:
Sobrenaturales concedidos por Dios a determinadas personas. Aunque se le atribuyen sobre todo al Espíritu Santo, son igualmente don del Padre y del Hijo.
Son un don para la Iglesia. Aunque ya existían en el Antiguo Testamento, Dios los concede de forma incomparable en la Iglesia, por los méritos de Cristo.
Para el bien común. Concedidos para servir en la edificación de la Iglesia. Sus efectos se manifiestan en favor de los miembros del cuerpo en función del amor. Son útiles para la misión y por lo tanto no son ni privados (para uso egoísta, personal), ni son superfluos.
No son requisitos para la salvación personal como lo es la gracia santificante. No es mas santo el que tenga mayores carismas. Pero si es verdad que los santos se caracterizan por el buen uso de los carismas porque los ponen al servicio de la Iglesia motivados por el amor.
El Espíritu Santo los concede a quien quiere y cuando quiere. (1 Cor 12,11).


Se encuentran en todo tiempo y lugar.
Son dones transitorios. El Espíritu Santo los da y los quita según su beneplácito; son pasajeros respecto a las virtudes teologales que son permanentes y sobre todo, con relación a la caridad que no disminuye; poseen, sin embargo, una cierta estabilidad que hace que el hombre dotado habitualmente del carisma profético sea llamado profeta.
Son valorados por su grado de utilidad; en cuanto mas útiles para edificar la Iglesia.
Es bueno pedirlos si lo hacemos por amor a la Iglesia, para servirla (1 Cor 14, 27)
Jamás podrían adquirirse ni ser previstos con las fuerzas humanas.
El carisma brota con formas nuevas. Por eso le incumbe al ministerio jerárquico la delicada tarea de examinar y cultivar los carismas que nacen continuamente en el seno del pueblo de Dios. Hacer aflorar nuevas modalidades de carismas, favorecer las concreciones institucionales de estos y velar para que se mantengan vivos, insertándolos adecuadamente en la vida de la Iglesia.
Por su naturaleza, los carismas son comunicativos, y hacen nacer aquella "afinidad espiritual entre las personas"y aquella amistad en Cristo que da origen a los "movimientos". (cf. Christifideles laici, 24)



Criterios esenciales de los carismas auténticos (Libero Gerosa):

"Los carismas son gracias especiales que el Espíritu distribuye libremente entre los fieles de todo tipo y con los que los capacita y dispone para asumir varias obras y funciones, útiles para la renovación de la Iglesia y para el desarrollo de su construcción. Algunos de estos carismas son extraordinarios, otros, por el contrario, sencillos y mucho más difundidos, pero el juicio sobre su autenticidad corresponde, sin ninguna excepción, a los que presiden en la Iglesia, a los que compete no extinguir los carismas auténticos"


El carisma se distingue del talento:

talento: es la capacidad natural de la persona.

carisma: es un don sobrenatural del Espíritu para edificación del cuerpo eclesial. Por ser sobrenatural no implica que sea necesariamente algo portentoso, mas bien los dones se integran en la disposición natural de la persona y actúa en ella.


Padre Jordi Rivero

viernes, 25 de julio de 2008

Vidas consagradas a la oración, silencio y contemplación

Sistema Maná 15.7.08.- Son 16 hermanas reunidas en el monasterio de San José ubicado en la zona sur de la ciudad de La Paz (Bolivia). Ellas viven apartadas del mundo que las vio nacer con el único fin de dedicar su vida completa a Dios.
Su forma de vida se realiza de manera sencilla y austera con privaciones que para nosotros tal vez se han hecho cosas indispensables en nuestra cotidianidad.
A través de esta entrevista conozcamos más de cerca el significado de su vocación y carisma, la forma de vida que llevan dentro del convento y el servicio que desde allí prestan a la Iglesia.
SM: Sistema Maná
HC: Hna. Carmiña de Jesús Hostia
SM..- ¿Qué significa ser una carmelita descalza? ¿Cuál es el carisma que tienen?
HC.- Ser carmelita significa haber recibido el don del Espíritu para vivir la misteriosa unión con Dios a través de la oración y la contemplación, hacer de nuestras vidas una ofrenda a favor de la Iglesia y la salvación de las almas.
El origen y sentido de nuestra vocación en la iglesia esta estrechamente ligado al proceso de la vida espiritual y al carisma de Santa Teresa de Jesús que la impulsaron a renovar el Carmelo orientándolo a la oración, al retiro y la vida entera al servicio de la Iglesia de tal modo que si nuestra oración y sacrificios no se ordenan al servicio de la Iglesia “pensad que no hacéis ni cumplís el fin para que aquí os junto el Señor” -decía Teresa de Jesús-.

SM..- ¿Qué significa “clausura”, como podemos entender esta forma de vida?
HC.- El retiro en clausura es expresión y medio del seguimiento de Cristo, al optar por esta estilo de vida anunciamos la vida futura vivir con Dios.
La vida cristiana vivida en plenitud es un anticipo del cielo poseer lo único verdadero que es Dios para lo cual fuimos creados.
Retirarse es propio de lo que se aman, nuestra vida es expresión de amor a Dios, Él es nuestra razón de existir, nuestra felicidad es estar con Él ya desde este mundo vivir en su casa que es Él mismo.

SM.- ¿Qué trabajos desarrollan las hermanas en la clausura?
HC.- Realizamos variedad de trabajos según la capacidad y cualidades personales de cada hermana, realizamos hostias, confección de ornamentos, cría de animalitos como conejos o chanchitos que se venden a pedido y el cultivo de algunas verduras.
SM.- Se cree que el servicio a la iglesia y el llamado a la misión es algo externo interactuando con la gente sin embargo ustedes también sirven a la iglesia desde su clausura ¿Cómo entendemos su servicio misionero a la iglesia?
HC.- Bien, un ejemplo claro es la vida de Santa Teresita del Niño Jesús que sin salir del monasterio ha sido proclamada patrona de las misiones, ella simplemente ha colaborado a la gracia de Dios siendo guiada por el Espíritu ha hecho de su vida escondida y silenciosa una ofrenda de amor en actos concretos y sencillos. Un ejemplo fue cuando no podía caminar por la enfermedad que la consumía ofrecía cada paso que daba por los misioneros para que ellos nos desfallezcan en el anuncio del evangelio donde quiera que se encontrasen. Ella decía: en el Carmelo todo es gracia”, el camino de ejemplos que ella nos dejó esta al alcance de todos.
Todo lo que hacemos debe redundar en bien del cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

SM.- ¿Cómo perciben Uds. Desde acá la situación de nuestro país?
HC.- Una vez a la semana vemos noticias para estar al tanto de la realidad de nuestro país y llevarlo a la oración. Tenemos en cuenta que Dios es el Señor de la historia que así como conduce a cada persona en particular de igual modo conduce a las naciones todas a través de sus designios inescrutables a responder a su plan de salvación.
Pedimos para gobernantes y gobernados el don de sabiduría para construir el bien común.
SM.- Agradeciendo mucho el tiempo que nos han regalado pedimos un mensaje de la comunidad de carmelitas descalzas para la gente.
HC.- Nuestro deseo es que se pongan bajo la mirada amorosa de Dios con toda su realidad con todo lo que creen con todo lo que sientan. Solo Dios recrea a la persona humana, solo Él la reconstruye y reviste de nuevo.
Los ojos de Dios son el abrigo de nuestro ser y espera ansioso que nos entreguemos a Él tal como somos.
Fijemos también nuestros ojos en la Virgen María que se ha dejado amar por Dios, que su vida ilumine nuestras vidas.
Muchas gracias y nuestra oración esta por ustedes y nosotras contamos con las suyas.
Que Dios nos bendiga.

CEB. Servicio informativo Episcopal de la conferencia Episcopal Boliviana

jueves, 24 de julio de 2008

Hablar es plata, callar es oro

Era un experto en repetir las habladurías que llegaban a sus oídos. “Lo malo no es, dijo el maestro, que las repitas, sino que cada vez lo hagas con mayor maestría”.
La lengua es un miembro pequeño, pero puede mucho (St 3,5). Es cierto, con la lengua damos vida o matamos, ponemos alas en el otro o lo hundimos. La palabra es creativa o destructiva, según se la use.
Una palabra agradable, dicha en el momento oportuno, ilumina toda la existencia y ayuda a caminar. La palabra sabia orienta; la palabra cariñosa levanta y da ánimo; la palabra amorosa es fuente de energía y de bendición. Basta una sola palabra de vida para que la sanación ocurra al instante en quien la escucha y en quien la pronuncia.
Basta, sin embargo, una palabra hiriente para que el veneno del odio y el resentimiento aniden en el corazón. Basta una sola palabra para crear discordia, para destruir una vida, para matar el amor.
Hablar es muy fácil; saber callar ya es algo más serio, requiere prudencia y dominio. Saber hablar a tiempo, en el momento oportuno, es salvación para quien necesita esa palabra de vida; saber callar cuando la otra persona no está preparada para recibir un consejo o un reproche, es sabiduría que no tiene precio.
De la vida de Cristo me llama la atención, precisamente, el uso que hace de la palabra. Fue sincero, leal, acostumbrado a llamar a las cosas por su nombre. Llamó al pan pan y al vino vino. Con sencillez enseñó a los discípulos a decir sí o no, según lo exigía la pregunta.
La palabra del Maestro fue amable, penetrante y convincente. Con ella cura, sana, levanta, anima y bendice. Pero también con su palabra denuncia la ceguera, la hipocresía, el mal. Él supo hablar para hacer el bien y supo callar ante las infamias y atropellos que le hicieron. Con su palabra encendía corazones y con su silencio desconcertaba al enemigo.
¿Cómo usamos la palabra?
Hay muchas personas que usan la lengua para hablar orgullosamente de sí mismos y mal de los otros. Hay quienes, como víboras, cada vez que abren su boca, arrojan veneno y pican a los demás. Pero también lo hay que usan la palabra para consolar, para restituir la fama de los otros, para aclarar chismes, para hablar bien del prójimo y mejor aún de Dios.
Si esto sucede con el hablar, lo mismo acontece con el callar. Hay personas que callan por cobardía, por quedar bien, por no comprometerse. Hay personas que tienen la obligación de hablar, de denunciar la injusticia y la opresión y callan e imponen, a su vez, un silencio sepulcral a los demás. Hay personas que se pasan toda la vida callados, simplemente por miedo, por cobardía, porque es más fácil, porque no tienen nada que decir. Sin embargo, los hay valientes que callan ante los defectos del hermano o cuando hablan bien de sí mismos o cuando son calumniados e injuriados.
Es importante aprender a hablar y a callar. Es una asignatura pendiente que tenemos todos los humanos.

Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD

miércoles, 23 de julio de 2008

No me mueve mi Dios

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

lunes, 21 de julio de 2008

La batalla de la constancia

Al hablar de una batalla nos imaginamos un ejército que empuña las armas dispuesto a conseguir la victoria o morir en la línea de combate. Un día tras otro, sin abandonar las armas y con la vista fija en el objetivo, sin desfallecer ante las inclemencias del tiempo o los ataques del enemigo. Sólo tiene en mente que debe luchar para obtener esa anhelada meta. El cuerpo militar seguirá adelante: cambiarán los efectivos, detallarán la estrategia, estudiarán las dificultades y las posibilidades de vencerlas. Quizás sean semanas, meses, antes de contemplar el fruto final del esfuerzo y la sangre.
Una de las piezas claves para la conquista es la constancia. El diccionario la define como la firmeza y perseverancia de ánimo en las resoluciones y en los propósitos. Es la virtud con la cual conquistamos las metas que nos proponemos, y sin ella un trabajo serio es imposible y dudosas las posibilidades del éxito. La constancia es necesaria para formar las virtudes, para crecer en el campo espiritual, humano, social, intelectual, deportivo… Quien es constante tiene facilidad para triunfar, porque se habitúa a la lucha diaria que implica esta virtud, dispuesto a vencer las dificultades e inclusive vencerse a sí mismo.
Los resultados son evidentes. Detrás de un deportista de alto rendimiento se encuentran horas de entrenamiento, renuncias en la vida social, rigurosas dietas alimenticias. Un trabajo constante, a lo largo de meses o años para conseguir un mejor rendimiento físico y estar lo mejor preparado para la importante y deseada competición.
Lo que construye a una persona virtuosa es el trabajo constante y paciente. La formación de un hábito de caridad universal y delicada, por ejemplo, ha implicado tratar a todos por igual y como uno querría que lo trataran a él; saber disculpar los defectos de los demás y fomentar el buen nombre de quienes lo rodean. No siempre es fácil mantener un ritmo así, pero allí está la virtud y el valor de la constancia. Es necesario un trabajo paciente, momento a momento, como cuando se coloca un ladrillo y otro ladrillo hasta levantar una catedral.
No hay que desanimarse por las dificultades y las caídas: son normales y en ocasiones difíciles de evitar. Éstas son preciosas oportunidades para reafirmarnos en la lucha y para madurar en nuestra vida. Purifican nuestras intenciones y nos permiten renovar y valorar más el ideal. No deben ser un motivo para desanimarse y abandonar el combate; lo que vale cuesta, y cuanto más vale, mayor es el costo. Si se cae mil veces, mil veces hay que levantarse. Mantenerse en la lucha es ya una victoria, porque con ella fortalecemos nuestra voluntad y templamos nuestro carácter para resistir tormentas aún más violentas. Así que de las caídas podemos sacar un fruto positivo y favorable para la consecución de nuestro ideal.
Para formar esta virtud son necesarios cuatro pasos:
Primero, hay que tener metas claras y medios concretos para alcanzarlas. Si no tenemos un ideal sería como si golpeáramos en el aire. Una meta nos dará un estímulo y sentido a nuestra lucha: llegar al Cielo; terminar una competición en primer lugar; lograr un profundo espíritu de oración; leer un número de libros cada mes; dejar el hábito de fumar; ahorrar una cantidad de dinero antes de tal día; aplicar una metodología en el trabajo, en el estudio, etcétera.
Después viene el segundo paso: trabajar la constancia con constancia. Cada día, aún en aquellos en que el ánimo no es favorable. Si se presentan mil obstáculos buscaremos mil medios para superarlos, siempre con la vista centrada en la meta.
El tercer paso es renovar cada día nuestro propósito para que esté siempre fresco y presente, y para que no perdamos el sentido del porqué nos encontramos en esta lucha. Al inicio del día o cuando vengan las dificultades, si recordamos nuestra meta tendremos una motivación fuerte para no desfallecer y seguir adelante con el ritmo que hemos conseguido hasta el momento.
Y como último paso es indispensable levantarse si se tiene una caída en la lucha. De una caída se aprende y se madura. Cuando un corredor cae, se levanta, se sacude si es necesario, y vuelve a emprender la marcha porque tiene fija su mirada en la línea final. Será más consciente de los pasos que no le favorecen y que le pueden causar de nuevo un tropezón y tratará de evitarlos.
Arturo Graf, un poeta italiano había dicho: «la constancia es la virtud por la que todas las demás dan su fruto». Si trabajamos esta virtud, y con la gracia de Dios, podremos estar seguros de conseguir tantas otras virtudes que necesitamos para ser mejores personas y para alcanzar las metas propuestas.
Fabrizio Andrade

www.mujernueva

domingo, 20 de julio de 2008

Nada es imposible para tí

En la madrugada del 19 al 20 de Julio, en la catedral de la Almudena de Madrid, se estuvo viendo el último acto de la JMJ de Sydney. A la 1 de la mañana hubo exposición del santísimo. La hermana Glenda con sus canciones hizo que todos los allí reunidos fuéramos uno con el Señor. La primera canción que interpretó y que todos coreamos fue Nada es imposible para ti.

sábado, 19 de julio de 2008

Las monjas viven mejor

Las mujeres consagradas gozan de mayor calidad de vida y bienestar, por encima de las casadas y solteras.

Las monjas valencianas, las mujeres con mayor bienestar, madurez y calidad de vida .Un estudio de la Universitat rompe el mito de que son personas que están amargadas.
Las mujeres consagradas gozan de mayor calidad de vida y bienestar, por encima de las casadas y solteras. Así­ se revela en una investigación, la primera dentro del ámbito nacional, sobre desarrollo evolutivo en sectores femeninos de la Comunidad, realizado por la Universitat de Valencia que rompe el mito de que están amargadas.
Mayor longevidad y con menos probabilidad de desarrollar alzhéimer.
Diferentes desde la vocación de casada, soltera o consagrada Si alguien creyó alguna vez que ser monja era sinónimo de mujer amargada, estaba en un error. Si alguien consideró en algún momento que la esposa y madre era feliz en su vida y maduraba más que el resto de mujeres, también estaba en un equívoco. Ni una cosa ni la otra es cierta. Así­ se ha puesto de relieve en una investigación realizada en la Universitat de Valencia en la que se concluye, entre otras cosas, que las mujeres valencianas con mejor calidad de vida y bienestar y mayor madurez psicológica son las monjas.
El primer estudio de estas caracterí­sticas a nivel nacional ha quedado reflejado en la tesis doctoral presentada en la Universitat Valenciana por Mª Neri Cuesta y dirigida por la catedrática de Psicología Evolutiva Emilia Serra. Opciones de vida a la vista de los resultados de esta investigación, las mujeres cuyas opciones de vida adulta son distintas (casarse, permanecer soltera o consagrarse) presentan caracterí­sticas psicológicas distintas.
Se partió de una idea errónea sobre el mal estado de las monjas, este grupo de mujeres más comparables con las solteras mayores las conocidas como solteronas, son las que mejores registros han dado.
Comenta la profesora Serra que las monjas son mujeres comprometidas en las que el bienestar psicológico tiene mucho que ver con lo que subjetivamente sienten. Pero también se trata de justificar este inesperado resultado valorando el hecho de que la creencia ayuda a vivir mejor y que el compromiso y los sentimientos subjetivos influyen a la hora de desarrollar una forma más positiva de ver la vida.
Protección frente a sobrecarga. Según la experta en psicologí­a evolutiva, otro aspecto que puede influir en el bienestar de las mujeres consagradas es que viven en comunidad, están siempre acompañadas y ante cualquier circunstancia, incluida la enfermedad, se encuentran arropadas.
Un elemento importante para sentirse bien es que nunca están solas, incluso cuando se hacen muy mayores las más jóvenes cuidan de ellas.

La comunidad familiar no sirve de soporte ya que ese factor junto a otros como la sobrecarga, tanto si trabaja fuera del hogar como si no lo hace, ocasiona que la mujer casada tenga menos calidad de vida, inferior bienestar y peor nivel de madurez, algo que se agrava con el aumento de la edad y el número de hijos.
Es decir, puede más la sobrecarga de vida. Según la investigación, no hay grandes diferencias entre este grupo y el de las solteras, que sólo aventajan en que disfrutan de mayor autonomí­a y son más extravertidas que el resto cuyos niveles de introversión son mayores en las monjas.
La profesora Serra señala que los resultados han sido sorprendentes y abren grandes vías de investigación hasta ahora inéditas. Destaca que a partir de este trabajo se revoluciona la teoría psicológica de la madurez en la transición a la vida adulta, indica la directora del trabajo de investigación.
http://servicios.lasprovincias.es/valencia/pg050328/prensa/noticias/Ocio/200503/28/VAL-OCI-064.html

viernes, 18 de julio de 2008

Pater Noster - Juan Pablo II (Subtitulado)

Los cantos gregorianos vuelven famosos a los monjes austríacos

Madrid (España), 8 jul (EFE )
Los monjes austríacos de la Abadía de Santa Cruz son miembros de una congregación religiosa de 900 años de historia y, desde que lanzaron su primer disco, "Chant. Music for paradise", también son estrellas del pop interpretando cantos gregorianos con los que "encontrar la esencia de la vida".
Ahora compiten en las listas musicales de su país y las del potente mercado británico con Amy Winehouse y Madonna, un cambio radical que ocurrió "por providencia divina", aseguró a EFE el padre Karl Wallner, uno de los monjes cistercienses protagonistas de este álbum, encargado de la página web y de la promoción de este disco.



Es posible escuchar gratuitamente algunas piezas en www.chantmusicforparadise.com

Monasterios como la gruta de Belén

En silencio, soledad y pobreza.
Navidad, un tiempo para adorar el misterio de la Encarnación. Belén fue un lugar oculto en el mundo, lejos de las miradas de los hombres, envuelto en la soledad y en el silencio del gran Misterio. Fue y sigue siendo un lugar de adoración, un lugar para postrarse ante ese niño que es Dios y que viene a darnos a conocer su amor infinito. Ante tal Misterio sólo cabe callar y dejarse amar por el Amor más allá de todo. Y es esto lo que intentan hacer, especialmente durante estas fechas, las Monjas de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno. Ellas forman parte de una joven Familia monástica de clausura, que, bajo el carisma de Belén, se oculta también de los ojos de los hombres para vivir permanentemente en la adoración de Dios.

En el monasterio de Sigena (Huesca) la Navidad se acoge con una inmensa alegría. Una alegría, sin embargo, no ruidosa y pasajera, sino interior, puesta por el mismo Dios en lo hondo del corazón de las Hermanas. El nacimiento en Belén del Niño-Dios forma parte del carisma particular de esta joven Familia monástica que tiene en la Virgen María a su fundadora. Sí, esta Familia monástica nace de la fe de Iglesia en la asunción de la Virgen al cielo.


La Familia monástica de Belén nace el 1 de noviembre de 1950 en la Plaza de San Pedro de Roma, durante la promulgación por el Papa Pío XII del dogma según el cual María, que dio a luz a Jesús en Belén, ha sido llevada por Él de la tierra al cielo, en cuerpo y alma.Unos peregrinos franceses que asisten al acontecimiento reciben la llamada a fundar comunidades de oración que vivan en la tierra esta gracia que la Virgen disfruta plenamente ya en el cielo. Doce semanas después de la promulgación del dogma de la Asunción, se constituye la primera comunidad de Hermanas de Chamvres, un pueblecito de la Borgoña en Francia.


La primera capilla toma forma de un antiguo establo. Así evoca la gruta en la que el Hijo de Dios, hecho un Niño pequeño, la Virgen y san José, adoraban al Padre. Y reciben el nombre de Belén. En Belén, la Santísima Virgen María aprende a adorar continuamente al Padre por el Enmanuel, con Él y en Él. La palabra Belén significa también en hebreo Casa del Pan, por eso las monjas se saben responsables de escuchar sin cesar la Palabra de Dios, de recibir, de consagrar, de comer, de celebrar el verdadero Pan bajado del cielo, Jesús en su Eucaristía, de alimentarse de Él, de dejarse transformar por Él y adorarlo.

Hace ya 16 años que las monjas de Belén celebran la Navidad en el monasterio de Sigena, felices de devolver al monasterio su carácter contemplativo, en una intensa vida de oración. La actual comunidad está formada por 37 Hermanas, jóvenes en su mayoría, que han sido llamadas a una vida oculta, solitaria, silenciosa, de intercesión y de alabanza en nombre de todos los hombres. Es una vida pobre y austera, sumergida en una adoración continua del Dios de todo. De hecho, no sólo en Navidad, sino durante todo el año, los monasterios de esta Familia monástica intentan ser imagen de la gruta de Belén, lugar de silencio, soledad y pobreza, donde sólo Dios reina en lo oculto y donde ellas se reservan exclusivamente para Él.


A pesar de su radical elección de la soledad y el silencio, las monjas de Belén no dejan tampoco de cantar estos días la Gloria de Dios y acoger en Belén a los adoradores que, como los pastores hace más de 2.000 años, se acercan a contemplar el misterio de la encarnación del Dios hecho Niño pequeño. Pero, como aquella gruta de Belén, el monasterio de Sigena sigue estando necesitado de espacio para acoger a las personas que desean compartir unos días de silencio en la paz del monasterio. La comunidad de monjas sigue aumentando con la llegada incesante de jóvenes procedentes de diversas realidades eclesiales (entre ellas, de las comunidades neocatecumenales), y su estilo de vida requiere espacios adecuados para poder entregarse por completo a la adoración y a la alabanza de Dios.


Sabiendo que, durante todos los siglos de la historia de la Iglesia, los monasterios han podido levantarse piedra a piedra únicamente gracias a la ayuda de personas de buena voluntad, que han contribuido con sus bienes y su trabajo y han recibido así del Señor una recompensa abundante, las monjas de Belén necesitan, con cierta urgencia, ayuda económica para poder continuar lo que ellas llaman cariñosamente el Proyecto de la Virgen: hacer del monasterio de Sigena un auténtico oasis de adoración, en el que a la escucha de María adorando a su Hijo en el establo de Belén, ofrezca acogida a los hombres y mujeres de hoy, a los pastores y magos de nuestro tiempo, acogida llena de adoración en el gran silencio de amor de la Santísima Trinidad.Entre todos podríamos ayudar a construir este espacio de adoración al Dios hecho hombre por nosotros, y de acogida al hombre sediento del Dios vivo y verdadero. En estos momentos en los que la paz se ve tan amenazada en el mundo entero, urge hacer de este monasterio un lugar que irradie la Paz que viene de los Alto.


Las monjas de Belén, conscientes de la necesidad de trabajar por la paz, y respondiendo a la petición del Santo Padre y de la Conferencia Episcopal Española, ofrecen su vida de oración en soledad y silencio en ardiente intercesión por la paz y por la desaparición de toda forma de terrorismo… Y es que es Navidad en Belén, un tiempo de fe pura, un tiempo de inmensa alegría y de gozo, porque nos ha nacido el Salvador, el Cristo, el Señor.
Samuel Gutiérrez
http://www.alfayomega.es/

domingo, 13 de julio de 2008

Tu presencia es un don. Importancia miembros comunidad

Habla de la importancia de todos los miembros de una comunidad, ninguno sobra, todos son necesarios y valiosos.

Cuenta la historia que una señora de edad entró en una comunidad, y un grupo de personas intentaba hacerla discernir sobre cual era su don, pero a ella le parecí­a que no tení­a ninguno. Unos y otros insistí­an reconfortándola:"tu presencia es tu don" pero ella no estaba de acuerdo. Algunos meses más tarde descubrió su don que consistí­a en presentar ante Dios, en una oración de intercesión, a cada uno de los miembros de la comunidad. Cuando les hizo participes a los otros de su descubrimiento, encontró su sitio en la comunidad.
Verdaderamente que la presencia de cada persona es un obsequio amoroso que el Señor regala a la comunidad.
Dios ha dotado a cada miembro con distintos dones para la construcción del grupo creyente. Es pues, importante, que cada uno conozca el suyo y encuentre en los otros la ayuda necesaria para descubrir los talentos escondidos y ejercerlos responsablemente.
Hay diversidad de dones, hay talentos excepcionales y los hay ordinarios. Unos y otros son necesarios.
"Toda comunidad Cristiana debe saber que no solamente los débiles necesitan de los fuertes sino también que los fuertes no pueden prescindir de los débiles"Cada persona tiene su don y ha de ejercerlo para bien y crecimiento de todos."Donde estén dos o mas reunidos en mi nombre, allí­ estoy yo en medio de ellos" (Mateos 18,20).
En una comunidad cristiana se siente viva la presencia de Jesús. Es la fuerza del maestro la que anima a los cristianos a superar todas las dificultades de raza, ideología, cultura, para formar la unidad tan ansiada de un espí­ritu, un solo corazón, una sola alma.
La unidad proviene de vivir cada uno su don en el amor y de pedírselo al Señor que lo realice gratuita y plenamente."Que dulzura, que delicia, convivir los hermanos unidos"(salmo132, 1)Parábolas para orar y amar.
Eusebio Gómez Navarro

sábado, 12 de julio de 2008

Tiempo para contemplar, tiempo para dar

A veces el mejor camino para ocuparnos de nosotros mismos consiste en ocuparnos de los demás.
“Cuando te preocupas de otro es cuando empiezas a descuidarte de ti mismo”, dijo un filósofo hace muchos siglos. Alguno, entonces, podrá pensar lo siguiente: “Cuando te despreocupas de los demás empiezas a preocuparte de ti mismo”. ¿Será verdad que los otros son un obstáculo para el cuidado de nosotros mismos? ¿Ocuparse de mi prójimo implica descuidar mi propia vida?

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos nos sentimos divididos entre cientos de reclamos y de exigencias. A veces son los demás quienes nos piden una ayuda, un consejo, un rato de compañía. Otras veces somos nosotros quienes pedimos a los demás que vengan con nosotros a ver una película, a hablar con el médico o a salir de paseo con los niños.
En medio de tantas peticiones y de las ocupaciones habituales, hay momentos en los que querríamos tener unos minutos para pensar en cómo va nuestra vida, en lo que hacemos. Cuando conseguimos un rato para la meditación, para reflexionar, nuestra mente se ve turbada por los pequeños o grandes problemas que surgen en nuestro trato continuo con los demás, o, también, por los recuerdos, las preocupaciones o los deseos que más llevamos en el corazón. El tiempo pasa, volvemos a la misma vida de siempre, y casi no tenemos tiempo para reflexionar.Entonces, ¿hemos de romper con todos, dejar nuestros deberes y dedicarnos, de verdad, a nosotros mismos? Es posible encontrar una respuesta si nos damos cuenta de que los otros y yo no estamos en conflicto permanente. Más aún: a veces el mejor camino para ocuparnos de nosotros mismos consiste en ocuparnos de los demás. Muchas neurosis nacen precisamente cuando estamos totalmente volcados sobre nuestros problemas, sufrimientos, dificultades, trabajos. En cambio, la alegría del dar, del servir, del ayudar a otros, lleva a un crecimiento profundo del corazón, que descubre lo que uno puede hacer por los demás, lo que vale la vida cuando no nos encerramos en la concha del propio egoísmo.Esto no quita el que busquemos tiempo para meditar un poco, para asomarnos al Corazón de Dios y preguntarle qué piensa de nuestras aventuras y esperanzas. Llenarse de trabajos, de amigos, de fiestas, y no tener un rato de reflexión o de descanso es peligroso.

Tener unos instantes para la contemplación nos ayuda a darnos con más ilusión y alegría a los que viven a nuestro lado.El mejor modo de ser feliz es no querer serlo. La felicidad, decía un psicólogo austríaco, Viktor Frankl, cuanto más se persigue más se aleja de nosotros. El mejor modo para llenar nuestra vida de sentido es darnos a los demás, y acoger su amor.Un día descubriremos que Dios también nos dio mucho, porque lo propio de Dios es dar sin esperar recompensa, porque ama demasiado. Un cristiano, un hijo de Dios, no puede no seguir el mismo camino. Será feliz y hará felices a todos, en el tiempo y en la eternidad, si da, si se da, sin límites, solamente por amor.
http://es.catholic.net/catequistasyevangelizadores/802/2767/articulo.php?id=34902

jueves, 10 de julio de 2008

Silencio, silencio, silencio


Son tantas las veces que vamos a la oración llenos de ruido, de muchos ruidos.

Ruido de preocupaciones, de miedos, de inquietudes, de negación, de no entender, de no aceptar nuestra vida, de…
Y así es imposible “conectar” con el Padre, entrar en su descanso.
Antes de nada, hemos de vaciarnos de ruidos, dar un mensaje a nuestro espíritu, decirle, silencio, silencio, silencio,…., dejándonos arrullar.
Poco a poco se irán acallando todas nuestras voces, y podremos ESCUCHAR la voz que nos da la vida y que día a día nos va enseñando el verdadero sendero de la vida.

martes, 8 de julio de 2008

Llena tu alcuza


Llena tu alcuza, no esperes a cuando realmente llegue el sufrimiento, el momento de la prueba, pues entonces no podrás ni invocar mi nombre, pero si tienes llena tu alcuza de ahí podrás sacar fuerza en la tribulación. No temas yo estoy contigo hasta el fin del mundo, se valiente.
Llénala de oración, de confianza sin limite, de amor, de esperanza, de buenas obras, de perseverancia, de ayuda al prójimo, de desprendimiento de tus bienes y tu persona, de encuentro con el otro.
Llénala, llénala, llénala…¡¡no esperes¡¡

domingo, 6 de julio de 2008

Dar a la comunidad

"Sería absurdo lamentarse porque la comunidad no nos da lo que esperamos de ella, si nosotros mismos no ofrecemos las cosas que la comunidad espera de nosotros"
(Jacques Dupont)

jueves, 3 de julio de 2008

Experiencia de una llamada a la vida contemplativa

LA PAZ
Quiero compartir con todos los hermanos en la fe, esa LLAMADA TAN FUERTE Y VIVA DEL SEÑOR A MI VIDA ...para ser: CONTEMPLATIVA MINIMA, EN ESTE MONASTERIO DE BARCELONA; donde tenemos todos los días el SANTÍSIMO EXPUESTO Y DONDE NOCHE Y DÍA LE CANTAMOS AL SEÑOR EL "SANTO, SANTO, SANTO, ES EL SEÑOR..."; ES UNA DELICIA EL SENTIRSE LLAMADO POR DIOS PARA VIVIR ESA VIDA DE UNIÓN CON EL QUE ES YA UN ANTICIPO DEL CIELO...
Hace 47 años : el día 2 de febrero:
-DIOS SALIÓ A MI ENCUENTRO...
-DIOS ME TOCO MUY FUERTE POR DENTRO...
-JESUS TRANSFIGURADO SE HIZO PRESENTE EN MI VIDA...Y ME DERRIBÓ DEL CABALLO COMO A SAN PABLO...

-ME LLAMÓ POR MI NOMBRE: MARIA TERESA.
- SONRIENDO... CAUTIVÓ MI ALMA...
-ENTABLAMOS UN AMOROSO DIÁLOGO EN EL CAMINO DE DAMASCO...
-LE DÍ UN SÍ ROTUNDO Y DECIDIDO...; y le dije: "SEÑOR, ME HAS ENAMORADO LOCAMENTE DE TI"...

- Y desde ese momento puedo decir:" QUE SOY PLENAMENTE FELIZ..."
Desde el momento de mi LLAMADA, puedo decir que:
-SOY PLENAMENTE FELIZ...
-PORQUE HE SIDO FIEL AL AMOR (con Mayúscula)
-QUE ES DIOS...
Por tanto os puedo decir: "NO TENGAIS NUNCA MIEDO A LO QUE DIOS OS PUEDE PEDIR...PORQUE SIN LUGAR A DUDAS; ¡OS DARÁ MUCHO MÁS¡...
SE OS DARÁ EL MISMO Y COMPRENDERÁ TODOS LOS DESEOS DE VUESTRO CORAZÓN...
Por que no olvidéis que : "DIOS ES AMOR Y OS AMA DE VERDAD...COMO NADIE OS PUEDE AMAR..."
Deseando que muchas jóvenes se ENAMOREN DE VERDAD DE DIOS QUE ES AMOR ; siempre REZO POR TODAS LAS JÓVENES QUE PUEDAN LEER ESTE TESTIMONIO QUE me sale del fondo de mi corazón...
Para deciros:
ADELANTE EN EL CAMINO DEL ENAMORAMIENTO DEL SEÑOR...SOLO EL PUEDE LLENAR PLENAMENTE NUESTRO GRAN CORAZÓN...
Os lo dice :
UNA CONTEMPLATIVA MÍNIMA DE BARCELONA QUE VIVE LOCAMENTE ENAMORADA DE DIOS AMOR.
Sor Mª Teresa de JESÚS Alonso