viernes, 18 de junio de 2010

10 lecturas recomendadas para la vida consagrada: verano 2010.

Un año más, de cara al período estival, el blog masdecerca.com ha encargado a un grupo de expertos seleccionar los diez libros más interesantes y recomendables para las personas consagradas, aparecidos durante los últimos meses en las más de treinta editoriales españolas de libro religioso (ver la lista más abajo).

La vida consagrada aprovecha el tiempo de verano para su formación permanente y para una lectura más sosegada. Es un tiempo más tranquilo y privilegiado para dedicarse un poco más a la lectura y a la formación. La vida consagrada de habla española que vive en América encontrará también en esta lista, así como en las reseñas que aparecerán los próximos días, un instrumento útil para el discernimiento a la hora de la adquisición de títulos para su lectura, formación y enriquecimiento de sus bibliotecas comunitarias.

A lo largo de los próximos días, pasaremos en el blog una serie de informaciones con una breve reseña de cada uno de los mismos. Esperamos que sea de su interés y que este sea un servicio útil que nos de pie para leer en verano buenos libros.

La lista de los libros reseñados y propuestos ha sido valorada por un equipo de profesionales del libro (editores, libreros…) y profesores de teología. El orden de los libros en la siguiente lista no significa mayor o menor valoración:

- “La Casa de Todos. Comunidad-morada-misión”. 39ª Semana Nacional de Vida Religiosa. Publicaciones Claretianas.

- Los bienes al servicio de la Misión”. Jesús Mª Alday (ed.). Publicaciones Claretianas.

- Esperanza en una época de desesperanza. Albert Nolan. Editorial Sal Terrae.

- Acompañar las vocaciones religiosas.Guy Lespinay. Publicaciones Claretianas.

- El aliento del alma. Reflexiones sobre la oración. Joan Chittister. Editorial Sal Terrae.

- Ministros Ordenados Religiosos.II SIMPOSIO del ITVR. Publicaciones Claretianas.

- Hacerse adulto en la fe. Conf. Episcopal de Bélgica.. Editorial Sal Terrae.

- Exégesis Viviente de la Palabra de Dios. Severiano Blanco. Publicaciones Claretianas.

- Los Salmos. Oración de cada día. Angel Aparicio. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

- VITA CONSECRATA. 8 libritos de la nueva colección. AA.VV. Publicaciones Claretianas
Fernando Prado, cmf (Blog Más de Cerca") - Miércoles 16 de Junio del 2010 

lunes, 14 de junio de 2010

San Antonio de Padua. Película

Ayer día 13 de junio celebramos la festividad de San Antonio de Padua, uno de nuestros grandes santos. Disfruten de la película relizada por la web "gloria.tv". Está en italiano, con subtítulos en español. Dios les bendiga.


viernes, 11 de junio de 2010

Tres etapas en la vida contemplativa ( y 2)


3ª ETAPA:

La tercera conversión es semejante a la de los Apóstoles cuando, después de la Ascensión, se vieron privados totalmente de la presencia del Señor en la tierra.

Todavía quedan en el alma impurezas que le impiden la total unión con Dios, que es la característica de esta tercera etapa. Por ello debe pasar por la más difícil de las purificaciones.

San Pedro nos dice es "preciso que todavía seáis afligidos con diversas pruebas, a fin de que la calidad de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero, que es probado al fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor en la Revelación de Jesucristo" (1ª Pe.1, 6-8).

San Juan de la Cruz describe la Noche Oscura por la que el alma tiene que pasar para entrar en esta tercera etapa de unión con Dios como "la fuerte lejía de la purgación de esta noche del espíritu, sin la cual no podrá venir a la pureza de la unión divina". Esta tercera conversión o Noche Oscura del Alma -como la llama San Juan de la Cruz- no se trata de una aridez o sequedad, como en la segunda conversión, sino que es una verdadera desolación de orden espiritual: mientras el alma anhela a Dios, se siente abandonada de El.

Debe entonces el alma caminar a oscuras en pura fe. Tal como aconteció a los Apóstoles el día de la Ascensión del Señor. Hasta ese momento su intimidad con El iba siempre en aumento, pero ese día Jesús subió al Cielo, de modo que ya no le verían más en la tierra; les dejó privados de su presencia y de sus palabras que les daban vida. Y debieron sentirse muy solos y aislados, pensando en las dificultades de la misión que les había encomendado: la conversión de un mundo impío, sumergido en los errores del paganismo, y en las persecuciones y sufrimientos que les esperaban.

Debieron recordar entonces las palabras de Jesús: "Conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Divino Consolador no vendrá a vosotros; mas si yo me voy, os lo enviaré" (Jn.16, 7). Es decir, convenía que les privara de Su presencia sensible, pues estaban aficionados a la humanidad de Cristo y no podían elevarse al amor espiritual de Su Divinidad: no estaban aún preparados para recibir al Espíritu Santo.

Al considerar esta privación de la presencia terrena de Cristo que precedió a la profunda transformación que los Apóstoles sufrieron en Pentecostés, podemos ver en qué consiste esta Noche Oscura y cuál es su finalidad: queda el alma envuelta en una verdadera noche espiritual al verse privada de las luces que hasta ahora la iluminaban, para luego experimentar una efusión especial de unión con Dios.

Sin embargo, explica San Juan de la Cruz, que esta oscuridad no es realmente tal, sino más bien luz excesiva que encandila al alma. "La Divina Sabiduría nos parece oscura por estar muy sobre la natural capacidad de nuestra inteligencia y, cuanto más nos embiste, más oscura nos parece".

En esta prueba, como en otras, debemos creer muy firmemente en lo que el Señor nos ha dicho acerca de la eficacia purificadora del sufrimiento y de la cruz, y esperar contra todas las apariencias, orando continuamente.

Siguiendo a San Pablo: "Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados; perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados. Llevamos siempre en nuestra persona el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona" (2ª Cor. 4, 8-12).

Puede ir esta Noche Oscura acompañada de grandes tentaciones, sobre todo contra la fe, como sucedió a muchos santos, entre ellos a Santa Teresita del Niño Jesús y San Vicente Paúl.

Así describe Santa Teresa de Jesús esta Noche Oscura del Alma: "¡Oh válgame Dios, y qué son los trabajos interiores y exteriores que padece un alma hasta que entre en la séptima morada ... Ningún consuelo se admite en esta tempestad ... En fin, que ningún remedio hay en esta tempestad, sino aguardar la misericordia de Dios, que a deshora con una palabra suya o una ocasión, le quita todo tan de presto, que parece no hubo nublado en aquel alma, según queda llena de sol y de mucho más consuelo!"

Esta tercera fase lleva a la unión total del alma con Dios, el más alto grado de unión con Dios posible en la tierra. Sta. Teresa la define como el "Matrimonio Espiritual". Es, según San Juan de la Cruz, "la transformación total en el Amado, en que se entregan ambas partes por total posesión de la una a la otra". Depende, entonces, de una perfecta donación del alma a Dios y de Dios al alma.

(Es importante hacer notar que la diferencia, aunque aparentemente sutil, de esta unión entre el alma con Dios de la Mística Cristiana y la auto-divinización que es propuesta fundamental del "New Age", a través del Monismo y del Panteísmo, radica en dos cuestiones fundamentales: 1ª) El alma humana no es parte, ni pasa a formar parte de la divinidad, como proponen el Monismo y el Panteísmo. 2ª) La transformación total en Dios de que habla San Juan de la Cruz no se da por "fusión" con la divinidad, sino por "posesión": el alma se entrega totalmente a Dios que la posee, tomando la dirección de toda su vida e inspirándola en cada uno de sus actos, y la creatura posee a su Dios, no sólo como a quien mora en ella, sino como a quien la vivifica, la mueve y la gobierna).

Por eso San Pablo describe esta etapa así: "Ya no soy yo quien vivo, sino es Cristo quien vive en mí" (Gal. 2, 20).

(fuente: www.homilia.org)

miércoles, 9 de junio de 2010

Tres etapas en la vida contemplativa (1)

1ª ETAPA:

En esta primera etapa de oración el esfuerzo del orante se concentra más que todo -y así debe ser- en evitar el pecado, aunque no siempre logra vencer el mal.

Como principiante tiene un conocimiento rudimentario de sí mismo y de Dios. Poco a poco el Señor le va descubriendo sus defectos y, si en lugar de excusarse, responde generosamente a la gracia buscando corregirse, Dios le va develando al alma su miseria y su pobreza, haciéndoselas ver a la luz de Su Infinita Misericordia.

Aún ignora el amor propio y el egoísmo que hay en su interior y se rebela con frecuencia al tener una contrariedad o sufrir alguna corrección. No pocas veces ve estos defectos mejor en los demás que en sí mismo, confirmando la advertencia de Jesucristo: "¿Cómo es que miras la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?" (Mt.7, 3).

Se puede decir que el principiante lleva dentro de sí un diamante envuelto todavía en otros minerales inferiores, y no conoce aún, ni el valor del diamante, ni la inferioridad de lo que lo cubre.

Su conocimiento de Dios es incipiente: quizá a través de la naturaleza o de las parábolas o de oraciones comunitarias o de la Liturgia. Aún no se ha familiarizado con los misterios de la salvación ni puede penetrar en el misterio de la Bondad Infinita de Dios.

Su amor a Dios es más bien un santo temor por miedo al castigo; posteriormente éste se convierte en miedo a ofender a Dios.

La oración del principiante es vocal, pudiendo ser de oraciones ya hechas u oraciones espontáneas, como una conversación con Dios. Poco a poco la oración se va simplificando cada vez más hasta intentar la oración de recogimiento. Si el alma va respondiendo generosamente a la gracia, el Señor suele enviar gozos sensibles en la oración o en la lectura de la Palabra.

En esta etapa existe el peligro de habituarse y complacerse demasiado en la gratificación que puede venir con la oración de recogimiento, como si lo sensible fuera un fin y no un medio. Se corre, entonces, el riesgo de caer en lo que San Juan de la Cruz denomina "gula espiritual", y también en un inconsciente orgullo sobre las cosas espirituales, al considerar inferiores a los demás.

Sin embargo, en esta etapa comienzan a brotar los primeros grados de humildad, que hace que desconfiemos de nuestras fuerzas y que confiemos en Dios.


2ª ETAPA:

Así como los Apóstoles sufrieron la privación de la presencia física de Jesús durante la Pasión y en ese momento de profunda crisis lo abandonaron y Pedro llegó incluso a negarle, éste, por el fervor de su arrepentimiento "lloró amargamente" (Mt.26, 75), y no sólo recuperó la gracia perdida, sino que fue ascendido a un grado superior. El Señor lo curó de su presunción (cfr. Jn.13, 6-38) para que fuera más humilde, poniendo su confianza en Dios y no en sí mismo.

No siempre la segunda conversión viene precedida -como en el caso de Pedro- de una caída más o menos grave; podría venir en forma de una injusticia que se nos hace, una persecución que debemos sufrir, etc. En este caso, el Señor nos ayuda a perdonar al causante de nuestra situación. En el caso de la caída, nos hace crecer -como Pedro- en humildad. Podría venir también esta segunda conversión en ocasión de la muerte de un ser querido, de una desgracia o fracaso, o de tantas circunstancias que nos hacen ver la poca importancia de las cosas terrenas, frente al gran valor de las cosas de Dios. Cualquiera que sea la situación, si se aprovecha adecuadamente de acuerdo al plan de Dios, hace que el alma pueda ascender a una etapa superior de la vida espiritual.

Esta purificación, correspondiente a lo que San Juan de la Cruz denomina "Noche Oscura de los Sentidos", consiste en una aridez o sequedad y hasta dificultad para la oración, causadas precisamente por el Señor, con la privación del alma del gozo o fervor llegado a través de la mente o los sentidos, para introducirla en una nueva modalidad de la gracia, la cual no es captada al principio por el alma.

Viene luego, una especial efusión del Espíritu Santo, cuya influencia se nota en una mayor apertura y docilidad del alma a sus inspiraciones.

En esta etapa de purificación en la aridez es sumamente importante la perseverancia. Por encima de las apariencias Dios está presente y no debemos caer en la tentación de dejar la oración.

Después de la segunda conversión el alma comienza a adentrarse en los Misterios de la Salvación, que van desde la infancia del Salvador y su vida pública, pasando por la Pasión hasta Su Resurrección y Ascensión, culminando con Pentecostés. Estos Misterios se nos ofrecen en toda su riqueza a través del Rosario y del Vía Crucis. En esta etapa el Rosario ya no es una repetición mecánica de Ave Marías, sino la oportunidad para penetrar en los Misterios de la Infancia, de la Pasión y de la Gloria de Cristo. Se convierten así estas devociones en verdaderas prácticas de contemplación y de influjo del Espíritu Santo.

Los Misterios Gozosos nos muestran las verdaderas alegrías que no mueren: la Anunciación del Dios-hecho-Hombre, el Nacimiento del Salvador ... Los nuevos Misterios Luminosos nos remiten a los hechos más importantes de la vida pública de Jesús y nos invitan a seguirle, al responder a su predicación del Reino y el llamado a la conversión ... Los Misterios Dolorosos y el Vía Crucis nos muestran el valor del sufrimiento y nos enseñan también a abrazar nuestra cruz, no sólo con resignación, sino con alegría ... Los Misterios Gloriosos nos muestran, frente a la fragilidad e insuficiencia de las cosas terrenas, el camino que nos lleva a la perfecta felicidad en la eternidad.

En esta segunda etapa va recibiendo el alma nuevas luces que a veces no comprende, pero que la ayudan a penetrar más y más el espíritu del Evangelio. Comienza a hacer vida la Palabra de Dios y la Eucaristía; empieza a sentir como propia la vida de la Iglesia, formando parte de alguna comunidad eclesial.

En su oración, dentro de la aridez propia de esta etapa, pueden darse actos aislados de contemplación. Gran impedimento para progresar es la presunción por la que uno cree saberlo ya todo en la vida interior. Aunque las lecturas espirituales son muy provechosas y necesarias, no debe dejarse la oración por éstas. Dice un gran Doctor de la Iglesia, que más aprendió orando al pie de un Crucifijo o frente al Sagrario, que en los libros más sabios, pues en la oración íntima (Contemplación) está el Espíritu que vivifica y en un instante instruye con una luz que hace comprender y hace vida, ideas muchas veces leídas y escuchadas, pero no comprendidas plenamente.

Surgen en esta etapa otros frutos del Espíritu, como la magnanimidad, la paciencia, la mansedumbre, la afabilidad, la fidelidad o perseverancia, la templanza o dominio de sí. Se da, además, la entrega total del alma a la Voluntad de Dios, llamada por Sta. Teresa "desposorio espiritual".

Sin embargo, en esta fase no queda el alma aún libre de las interferencias de la sensibilidad de la carne y del mundo, por lo cual a veces puede perder la paz y hasta retroceder y caer.

CARISMAS o GRACIAS EXTRAORDINARIAS:

En esta segunda etapa y continuando en la siguiente comienzan a surgir los Carismas o Dones Carismáticos, llamados por los Místicos Gracias Extraordinarias, que son dados para utilidad de la comunidad, pues su manifestación está dirigida hacia la edificación de la fe y como auxilio a la evangelización (cfr. 1ªCor.12, 7). Los diferentes Carismas se describen también en 1ª Cor.12, 8-11 y 12, 28 - Rom.12, 7 - Ef. 4, 11.

Los Carismas son, pues, dones espirituales, gratuitamente derramados, que no dependen del mérito ni de la santidad personal, ni tampoco son necesarios para llegar a la santidad. Sin embargo, el ejercicio abnegado de ellos de hecho produce progreso en la vida espiritual por ser actos de servicio al prójimo.
http://www.mallinista.com/2010/04/tres-etapas-en-la-vida-contemplativa.html

sábado, 5 de junio de 2010

La vida cotidina en los conventos de clausura entre los siglos XV a XVII

«Monjas y conventos en Castilla la Nueva Siglos XV-XVII» . JULIANA BELDAD CORRAL
(Almud Ediciones de Castilla-La Mancha)
El objetivo del presente libro es doble: de un lado, examinar las características de los conventos femeninos en el amplio territorio de las Órdenes Militares en Castilla la Nueva entre los siglos XV a XVII; y de otro conocer cómo transcurría la vida cotidiana de las religiosas en aquellos claustros. La autora ha estudiado los 43 conventos de las diversas órdenes (carmelitas, justinianas, mercedarias, calatravas, bernardas, agustinas, franciscanas, mercedarias o dominicas) establecidas en el citado territorio entre 1480 -fecha de la fundación del primero de los conventos estudiados-y 1680 cuando se estableció el último de ellos.
El libro define la tipología de las diversas fundaciones y el origen de los patronos de las mismas, en gran medida procedentes de la nobleza sin título, aunque también aparecen nobles titulados, miembros de las oligarquías y del clero e incluso los concejos.
Y analiza las diferentes funciones sociales y religiosas de los conventos masculinos y femeninos y las peculiaridades de estos últimos, en sus normas, sus modos de subsistencia, la elección de sus jerarquías y las incidencias que surgen en su desarrollo a lo largo de estos dos siglos. A la presente investigación le fue otorgado, en 2008, el Premio Regional de Investigación en ciencias sociales, geografía e historia, «Jesús de Haro».
PRÓLOGO DE JOSÉ CARLOS VIZUETE. La autora, Juliana Beldad Corral, (Ciudad Real, 1977) es Licenciada en Historia del Arte por la Facultad de Letras de Ciudad Real (Universidad de Castilla-La Mancha) y Licenciada en Historia por esta misma Facultad. El libro lleva un prólogo del profesor de la UCLM en Toledo, José Carlos Vizuete, quien intervino en su presentación junto a la también profesora, en este caso de Derecho Eclesiástico, María del Mar Moreno.
Por ALFONSO G. CALERO. 12-05-10
http://www.abc.es/20100512/nacional-castilla-mancha-toledo/vida-cotidina-conventos-clausura-201005121317.html

jueves, 3 de junio de 2010

Testimonio de una monja cisterciense (Monasterio de Buenafuente del Sistal)

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador» (Lc 1, 46s.). Con las palabras de nuestra Madre la Virgen y viviendo bajo su amparo no puedo más que decir que estoy profundamente agradecida al Señor, y reconocer con el profeta que «me has agarrado y me has podido» (Jer 20, 7), el Señor ha sido más fuerte que yo, me ha vencido.
Me ha vencido y me vence, no me ha aplastado, ni me coloca una argolla en el cuello, no fuerza mi voluntad, es el Amante paciente que con inmensa ternura espera, me concede la gracia de decirle «sí». En su gran poder, el Señor es un Guerrero valeroso que lucha contra el enemigo y va derribando cada día mis idolatrías. Dios Todopoderoso en su infinito amor por todos nosotros, con el único deseo de que seamos felices, para que sea y viva tal y cómo él ha pensado en mí, que es sencillamente que yo sea feliz, que pueda ser sólo para Él, lucha cada día con mis enemigos: con mi soberbia, mis envidias, mi deseo de ser… «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como escabel de tus pies, debajo de tus pies» (Sal 110, 1). Sí, en este combate no me he cansado, ni se han desgastado mis sandalias, antes al contrario puedo decir con el salmista «has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino» (Sal 4).
No es el monasterio que yo hubiese escogido, ni la comunidad… Sin embargo
todo lo ha dispuesto el Señor para que día a día vaya siendo un poco más para Él y un poco menos para mí, para que pueda salir de mí misma, dejar de vivir haciendo ladrillos para el faraón, que es mi «yo» que nunca se sacia, y empezar a ser libre para entregarme,
todo esto en la precariedad de mi pobreza, pobre de solemnidad, todo lo recibo del Señor, solo he de pedírselo y salir a recoger «el maná» cada día.
Monja, que significa sola, sola a Solo, sola para el Señor en un monasterio, un cenáculo eucarístico donde la hermana es Cristo, la comunidad es Cristo resucitado y vivo para el mundo, Cristo encarnado en las pobres y pequeñas mediaciones que somos cada una de las hermanas que conformamos la comunidad. Y en la comunidad igual que en el altar, el Señor obra el milagro de comunión, a pesar de mi lepra, la autosuficiencia y la razón, que me aíslan y excluyen de la vida comunitaria; por gracia del Espíritu Santo y por su infinita misericordia, a pesar de nuestras miserias y debilidades, estamos llamadas a ser la humanidad de Cristo resucitado hoy para tantos hermanos nuestros que no conocen el amor de Dios.
Ante tal abundancia y prodigalidad de amor del Señor por esta su pequeña, sólo le pido que no me suelte de su mano, aunque yo lo intente, y caminar siempre por el abismo de esta vida con paz y alegría porque voy agarrada de su mano.

Escrito por Paco Sales Casanova
http://www.novabella.org/pro_orantibu/

Las Cinco piedras (mensaje de Medjugorje)

Cuando David salió de su tienda para enfrentarse al temible gigante Goliat, tomó del suelo cinco piedras, única munición para su honda. A pesar de su desproporcionada dimensión respecto a su rival y la aparente precariedad de sus armas, Dios intercedió para que aquel joven, que tenia puesta su confianza en El, obtuviera una victoria que aún hoy sigue maravillándonos. En estos tiempos actuales, nuestro Goliat es el demonio que en todo momento busca destruirnos. Maria, nuestra mejor aliada, en su sabiduría e inteligencia, nos proporciona la solución más eficaz y segura para salir victoriosos: Las Cinco Piedras Las 5 piedras que La Reina de la Paz nos proporciona son: La oración con el corazón, el ayuno, la confesión, la Eucaristía y la lectura de la Biblia, son los puntos que María nos da para recorrer un camino de santidad, de paz, de transformación interior totalmente asegurado, un camino sencillo, accesible a todos”. 1. LA ORACION “hijos, orad, la oración es el fundamento de vuestra paz” Si no tienen paz en sus corazones poco importa todo lo demás. Pueden perder la paz un momento como dice San Serafín de Sarov, pero enseguida poniéndose en oración, hundiéndose en la oración encontrarán la paz nuevamente. “Si vivis angustiados, con estrés, es que todavía no orais con el corazón”. Esta palabra “con el corazón” nunca acabaremos de entenderla, no se trata de cumplir, de escuchar Misa, de rezar el rosario rápidamente, no se trata de eso. “Dedicad tiempo a Dios” Dios nunca vendrá a nosotros rezando de esta manera, para que Dios establezca su morada en nosotros, para que la unción del Espíritu Santo y su soplo nos visite, hay que tomar tiempo. Hoy, muy poca gente va a la Iglesia a sentarse durante una hora para orar frente al Santísimo Sacramento. Orar con el corazón es esta disposición interior, como dice Santa Teresita: “la oración es un grito de amor hacia el cielo”. Tomad tiempo con Dios. Marija, una de las videntes, regresando de Rusia, estaba totalmente sorprendida y comento en Europa: La gente en aquel país como en cualquier otro, pide egoístamente, sus oraciones van referidas a ellos mismos a sus intereses, “reza por mí, por mi abuelo, por mi país”, yo, yo, yo, esto no es posible, esto no es oración. La Virgen María dijo: “Hijos, rezad por mis intenciones y yo me encargaré de vuestras preocupaciones, de vuestros dolores”, eso es la verdad. La gente no cree porque no se abren realmente al Espíritu Santo, no se abren a la paz de Dios. Entonces, la oración del corazón es la clave para aprender junto con María a orar.
2. EL AYUNO Tienen que perseverar en la oración y el ayuno. Ayunar a pan y agua, los miércoles y viernes. Pueden comenzar absteniéndose de las comidas o del desayuno, ustedes verán la forma con la que cada uno puede comenzar poco a poco a hacer sus ayunos. No se preocupen por la falta de alimento, no morirán, vivimos en un mundo en que todos tomamos como compulsión la comida, como adicción, nos sobrealimentamos, por eso hay tantas enfermedades, colesterol, cáncer, etc. porque la gente come, come, come. El ayuno nos purifica el alma, el ayuno nos permite realmente dominar, tener el dominio de sí, fruto del Espíritu Santo. (Carta a los Gálatas). María dijo: “La Iglesia Católica olvidó el ayuno. Por la oración y el ayuno hijitos, pueden obtener cualquier cosa”. ¿Desean la conversión de alguien de sus familias?, pónganse a orar a ayunar y verán el cambio. Por supuesto, Jesús lo había dicho en el Evangelio cuando regresaban sus discípulos: “no hemos podido sacar este demonio. Y Jesús dijo: hay demonios que solamente salen con la oración y el ayuno”. Si quieren vivir en paz hijitos, háganse una vida sencilla. El ayuno repara, es muy poderoso en la intercesión. Hay muchos matrimonios que conozco que descubrieron en Medugorge el ayuno, y Miércoles y Viernes ayunan fielmente. No se trata de tener hambre, dice la Virgen, pueden beber agua. Verán la fuerza del ayuno en la transformación interior, si tienen problemas, rencores, amarguras, resentimientos contra personas y tienen problemas para reconciliarse; la Virgen nos dice: para reconcialirse hay que creer, orar, ayunar y confesarse. Todos los mensajes son muy sencillos y si tú los vives, actúa en ti el Espíritu Santo.
3. LA LECTURA DE LA BIBLIA Vicka le pregunto a la Virgen: ¿por qué lloras? “porque los cristianos dejaron de leer la Palabra de Dios”. La Virgen pide de leer la Biblia diariamente, aunque empecemos con 10 min. ¿Cómo quieren descubrir la verdad? ¿cómo podemos ubicarnos en este mundo lleno de ideologías? Si yo no leo el único libro que me trae al alma la luz del cielo, ¿cómo podemos pasar dos horas o más frente a la televisión que nos presenta una visión totalmente equivocada del mundo y no se cuántas porquerías? Sin embargo, pasar una hora enfrente del Santísimo, eso no lo queremos. ¿Cómo podemos conocer la voluntad de Dios sobre nuestra vida? ¿Cómo podemos discernir cuando tenemos que tomar decisiones si no conocemos la palabra de Dios? “Tu Palabra Señor es una luz sobre mi camino”. Nuestra mente y corazón deberían tener continuamente presente los versículos y las palabras de Jesús. Versículos de San Pablo, de sus cartas, para que enfrente de cualquier situación difícil nos brote en el espíritu la palabra adecuada. ¿Cómo quieren que Dios les hable si no conocemos su Palabra? ¡Es imposible! Hay una ignorancia que condene al pecado y a la muerte espiritual que viene del hecho que los que se dicen cristianos católicos no conocen la Palabra de Dios.  ¡Ah!, pero las revistas que nos ofrecen el mundo como “vanidades” u otras, esas si las conocemos y estamos esperando con ansia para leer el siguiente número, y la Palabra de Dios, la Biblia, en un rincón de la casa. La Virgen dice: “Pongan la Biblia en el centro de sus casas, para que recuerden leerla en familia todos los días”. Cosas muy sencillas, claro. Un corazón que no recibe todos los días el Pan de la Palabra, se muere. Vivir el Evangelio, no vivir en la ignorancia causa de muchos males.
4. LA CONFESION “Hijos si no os confiesais mensualmente, será muy difícil para vosotros convertiros”. La confesión, pero la verdadera confesión, no como el 80% de los casos en que me acerco al sacerdote y digo esto, esto y eso y me “limpio”, me quito la ropa sucia, la pongo en la lavadora, aprieto el botón y listo. Eso no es confesarse. La confesión necesita el arrepentimiento, por ejemplo: he faltado a misa el domingo, pero esto no es pecado, el pecado es que no amas a Dios y hasta llegas a no tener ninguna clase de arrepentimiento por no haber ido a Misa, no hay arrepentimiento porque no hay amor, entonces, tampoco hay confesión. Esto es claro en Semana Santa, cuando todos quieren confesarse porque es el deber mensual; gente que “dice” sus pecados y al terminar la semana empiezan nuevamente su vida de pecado. Es posible que nosotros también nos parezcamos a estas personas. La confesión es ir con arrepentimiento: perdón Señor, como dice la Palabra de Dios: “te he matado, te he crucificado en mi debilidad, en mi pecado, en mi tibieza. Hay que llorar los pecados, pero si no hay vida de oración con el corazón, no hay verdadera confesión. El Espíritu Santo es el motor de todo, la oración con el corazón es una comunicación con Dios, “durante la oración, Dios los llena, los transforma”, dice la Virgen. Si no hay oración con el corazón no hay verdadera confesión con arrepentimiento porque nos falta el Espíritu Santo. En primer lugar, no vemos nuestros pecados, muy a menudo confesamos culpabilidades o tonterías, porque hay que decir algo; pero el verdadero pecado escondido, egoísmos, rencores, apegos materiales los olvidamos. Dice el salmo “Señor, líbrame de mi pecado escondido”, especialmente de ese pecado que yo no veo, porque yo no lo quiero ver, y no lo veo porque he puesto tantas defensas y justificaciones bajo una apariencia de piedad, que impiden que la luz del Espíritu Santo llegue hasta mí. Hay que volvernos a reeducar en la confesión con el corazón, con un verdadero arrepentimiento. Son nuestros pecados que clavaron a Cristo sobre la Cruz, no es un chiste, como dijo Jesús a Santa Catalina: ¡No es para reír que he muerto sobre la cruz para ti! La confesión es para descubrir mis pecados y corregirme, no solamente confesarme por confesarme, tener un mes o quince días para volver a pecar y seguir en lo mismo al fin que de todas maneras me confesaré al siguiente mes.
5. LA EUCARISTIAVuelvo a insistir sobre lo mismo, recibir la Eucaristía con el corazón, es terrible ver hoy, como muchos viven la Misa. La Virgen dice: “Si no os preparais para vivir la Misa con un corazón abierto, mejor quedaos en casa”. A la Misa hay que llegar a tiempo, prepararse, disponerse a la oración 10 minutos antes, no llegar tarde, corriendo. “En ningún otro lugar mi hijo derrama tantas gracias como en la Eucaristía, comulgar es más que ser vidente”, dice la Virgen. Aquí tienen que meditar los mensajes sobre la Eucaristía, podríamos hablar más de una hora sobre la Eucaristía siendo un tema tan extenso. A la Misa hay que llegar a tiempo, interiorizarse, prepararse a recibir a Jesús. Después de la comunión entrar en su corazón, orar y dar gracias a Dios. Esta es la verdadera espiritualidad. Entonces verán que las cosas cambiarán. Nos dice María: “Si en lugar de llegar corriendo a la Misa pudieran llegar un poco antes para prepararse., y después de haber comulgado, si se pueden quedar, tomen tiempo con Jesús para hablarle, si hacen esto hijitos, verán muchos milagros en sus vidas y menos enfermos de la mente, del corazón y del cuerpo en medio de ustedes”.  Este mensaje lo coloque de manera que todos pudieran observarlo a la entrada de la Iglesia. Recibimos el gran Sacramento de la Salvación como un boleto de avión o del metro. La Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida, y saben lo que dice la Virgen: “Hijos, asistid a Misa cada vez que las circunstancias lo permitan”. Hoy en día el mundo vive en una situación de agonía y desesperación, necesita portadores de luz, de amor y de paz. La Eucaristía es el lugar donde Dios nos transforma. Todos los Sacramentos, toda la devoción, toda la vida espiritual me conduce a la Eucaristía, es el lugar donde mi alma encuentra substancialmente el cuerpo y la sangre de Jesús: “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida en Mí”, y de comunión en comunión Dios va transformando mi alma, mi cuerpo, mi mente, mi afectividad. Es increíble, pero si lo recibimos, sabemos que la Eucaristía actúa en nosotros en la medida de nuestra fe y de nuestro deseo de Dios. Si lo recibo de una manera distraída, hablando con mi vecino, no se hará ningún efecto en mí, Jesús necesita mi permiso para actuar, me respeta.

miércoles, 2 de junio de 2010

¿Cómo viven unos padres el ingreso de 5 de sus hijas en un convento de clausura?

Jano e Inma son un matrimonio del Camino Neocatecumenal. Son padres de 7 hijos, 6 chicas y 1 chico. En la reciente fiesta del Corpus Christi, contaron su historia, hicieron una oración-testimonio ante los miles de fieles madrileños congregados en la Plaza de Oriente. Su relato no dejó indiferente a nadie, ni siquiera a ellos mismos. “Aquel día nos sentimos una familia tocada por Dios. Sentimos la bendición y la oración de la Iglesia de Madrid". Aquella tarde la vivieron como "un último regalo", antes de acompañar a la quinta de sus hijas al convento de clausura de Lerma. Publicamos de manera íntegra el relato que hicieron Inma, Jano, y su hija Elena, días antes de ingresar en el convento de las clarisas.

Inma: Señor, hoy estamos delante de Ti para darte las gracias por todo lo que has hecho con nuestras familia. Tú lo sabes bien, no siempre ha sido fácil.

Cuántas veces te he preguntado: ¿qué quieres?; ¿para qué nos envías tantos hijos?, ¿por qué el paro de jano?; ¿para qué el cáncer del niño?; ¡Que difíciles fueron los embarazos de los 7 hijos!; ¡Cinco nacieron por cesárea!

Cada hijo venía con un sufrimiento añadido porque nos atacaban, en la familia, en el trabajo, en algunos ambientes que se llaman cristianos...,¡hasta los médicos que me atendían!


Jano: Señor, cada nuevo embarazo, había médicos que me trataban como si fuera un asesino y me preguntaban cuando llegábamos al centro sanitario: ¿otra vez por aquí?; ¿pero usted qué es lo que quiere?; ¿matar a su mujer?

Y nos echaron de la Seguridad Social porque nos negamos a firmar un papel autorizándoles a ligar las trompas a Inma.

Nos llamaban integristas y no sé cuántas cosas más.

Al final, acudimos a un ginecólogo con sentido cristiano y decidimos seguir tus planes, aunque (perdónanos Señor, a veces tampoco nosotros, ni Inma ni yo, los entendíamos. ¡Seis chicas y por último un chico! No me lo esperaba, Señor, y me asombraban tus planes.

Inma: Poco a poco fue pasando el tiempo y nuestros hijos fueron creciendo...los problemas de pañales se convirtieron en rebeldías, en querer encontrar respuestas, a veces equivocadas, al deseo que tenían en el corazón.

Una de nuestras hijas, Esther, cuando estudiaba enfermería, pasó por unos momentos difíciles. Entonces le aconsejamos que fuera unos días de descanso a la hospedería de un convento de clausura. Antes de irse, nos dijo que iba con la intención de demostrar a las monjas que Dios no existía. ¡Que Tú, Señor, no existías!

Y lo que sucedió es que, pocos meses después, no sólo te encontró, sino que decidió hacerse monja de clausura y entrar en el convento de las Clarisas de Lerma.

Jano: ¡Y se montó de nuevo el escándalo!: ¿La vais a dejar ir, ahora que está en la plenitud de la vida?; “¿Estáis locos?”

Pero aunque a mi mujer y a mí, nos costaba mucho, nosotros sabíamos, Señor, que esa era una nueva forma que tenías de bendecirnos. Se fue al convento, y un año después llegó el día en que Ester tomó el hábito.

Inma: Ese día, durante la ceremonia, mis hijas Raquel y Berta, encontraron la respuesta, pusieron nombre al anhelo más profundo de su corazón y decidieron seguir el mismo camino que su hermana. Y tras hacer el discernimiento oportuno de cada una de ellas, poco tiempo después ya teníamos tres hijas monjas de clausura. ¡Se dice pronto, Señor!
.
Nuestra hija Inma estaba en Uruguay haciendo un voluntariado, se iba enterando de todo esto por teléfono. Volvió para la entrada de Raquel en el convento, y su corazón reconoció que también ese era su sitio.

Pidió consejo espiritual y un sacerdote le dijo: “Lo mejor es que te vayas a tomar el Sol”. Ella entendió bien.....y se fue a tomar el Sol ante el Sagrario, donde estás Tú, Señor, que eres el Sol del mundo, el que da la verdadera luz, el calor y el color a nuestras vidas.

Jano: Y también decidió ingresar en el Convento. Señor, esto parecía de risa, 4 hijas monjas de clausura. Y más incomprensión a nuestro alrededor. ¡Cuántas horas pasamos rezando frente a Tí, en la Eucaristía, frente a Tu Madre! Han sido años muy duros, vividos también con mucho gozo.

Pero no acaba ahí la cosa. Nuestra hija Elena, ha terminado la semana pasada la carrera de magisterio infantil. Tiene 23 años, y,… ¡El sábado que viene ingresa en el Convento!

¡Señor, 5 hijas monjas de clausura! Al final, “nos vamos a quedar con la parejita”, con Mar y con Alejandro, que están aquí hoy dándote las gracias, Señor.

Inma: Señor, nos cuesta mucho, pero nos sentimos profundamente agradecidos por el don maravilloso de tener 5 hijas entregadas a Dios. Tú sabes Señor, que estos no eran nuestros planes. Nosotros queríamos que se casaran, y soñábamos con tener un montón de nietos....

¡Pero son las mujeres más felices del mundo! Esto llama la atención. La Virgen María, tu Madre, nos enseña a entregártelas todos los días.

Jano: Y ahora, dinos Señor: ¿qué hacemos con la furgoneta?, ¿qué hacemos con la casa que antes era pequeña y ahora se nos ha quedado tan grande?

Pero dice el salmo, “me encanta mi heredad, ¿cómo pagaré al señor todo el bien que me ha hecho?

Gracias Jesús.

Ahora va hablar contigo Elena.

Elena: A una semana de entrar en el Convento, solo puedo decirte lo mismo que mis padres: ¡GRACIAS!

Gracias por haberte fijado en mí a pesar de tantas veces como te he negado, gracias por haberme reservado un lugar en el cual estoy llamada a ser tuya.

Sabes bien Señor que no me lo merezco, que no me veo capaz, que tengo miedo... pero tú me conoces y aun así me has amado y me has llamado.

Te agradezco de todo corazón los padres que me has dado y la Fe que me han trasmitido. Sé, Señor, que vas a cuidar muy bien de ellos y mis dos hermanos Mar y Alejandro. Bendícelos siempre.

Te agradezco, Jesús, las gracias que hemos recibido toda la familia en el Camino Neocatecumenal.

En esta tarde del Corpus, te pido Señor, por todos los que están sufriendo las consecuencias de la crisis económica y moral que estamos sufriendo, cuánto dolor, cuánto paro, cuántas situaciones difíciles.

También te pido especialmente por el Convento de Lerma, mis Hermanas, y por todos los religiosos y religiosas del mundo entero. Danos la Gracia de perseverar en tu Amor.

Te pido también por todas las jóvenes y los jóvenes que quieres tocar el corazón, para que, ante el miedo de la llamada sean valientes y respondan con generosidad a la vocación a tu grito de Amor.

Señor que sean muchos los jóvenes que te digan que sí, como la Virgen María, nuestra Madre de la Almudena.

Sólo con Tu Amor Basta

GRACIAS SEÑOR.

Fuente: http://www.religionconfidencial.com 

martes, 1 de junio de 2010

Junio: Mes del Sagrado Corazón de Jesús

Adoramos el Corazón de Cristo porque es el corazón del Verbo encarnado, del Hijo de Dios hecho hombre.

Explicación de la fiesta

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida.
Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.

La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días.

Esto significa que debemos vivir este mes demostrandole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.
Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.

Debemos vivir recordandolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.).
Debemos, por tanto, pensan si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios.

Tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.

Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.

Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.
Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús:

Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

Oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Podemos conseguir una estampa o una figura en donde se vea el Sagrado Corazón de Jesús y, ante ella, llevar a cabo la consagración familiar a su Sagrado Corazón, de la siguiente manera:

Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.

Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.

Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes, y participa de nuestras alegrías y angustias, de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos nuestra cruz de cada día y sepamos ofrecer todos nuestros actos, junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia estén presentes en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia, la ingratitud y la falta de amor de quienes no te conocen, te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada.

Sugerencias para vivir la fiesta:

  • Poner una estampa del Sagrado Corazón de Jesús, algún pensamiento y la oración para la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús.

  • Hacer una oración en la que todos pidamos por tener un corazón como el de Cristo

  • Leer en el Evangelio pasajes en los que se podamos observar la actitud de Jesús como fruto de su Corazón.     

  • http://es.catholic.net/celebraciones/120/302/articulo.php?id=1272