martes, 31 de agosto de 2010

Orden de la Visitación de Santa María llega al país (El Salvador)

La Orden de la Visitación de Santa María fue creada hace 400 años y su misión es dar a Dios más hijas de oración en todo el mundo. El Salvador no la excepción, ya que recientemente fue inaugurado su monasterio en el país y el cual también se ha convertido en la sede del Comité Guardia de Honor del Sagrado Corazón."El punto principal de estar en este país es extender el amor al Sagrado Corazón de Jesús y ayudar a la iglesia, en este momento de una forma especial a El Salvador con todo nuestro cariño, con todo nuestro amor a toda la diócesis a todo el pueblo salvadoreño", comentó la madre superiora, María Angelina Gutiérrez.
La religiosa comentó que la idea de abrir un monasterio en tierras cuscatlecas nació en 2006, cuando las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque peregrinaron por El Salvador, una iniciativa impulsada por doña Alicia Góchez de Beauvisage y el padre Eduardo Marot.
Gutiérrez agrega, que las gestiones para contar con su presencia en esta nación continuaron con la visita a México del Arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar, quien realizó la petición de forma personal.
Dentro del monasterio actualmente habitan ocho monjas visitandinas, todas procedentes de México, ellas llevan una vida contemplativa, humilde y de entrega total al Señor, pues su propósito principal es apoyar a la Iglesia a través de la oración.
"La vida moderna es tan movida y cuenta con muchos avances, pero sigue siendo indispensable la oración y la Iglesia es muy consciente que tiene que haber monjas contemplativas que se dediquen más que adorar a Dios, a bendecirlo y agradecerle por su misericordia", puntualizó la madre superiora.
Ejercicio de fe La Orden de la Visitación de Santa María u Orden de la Visitación de Nuestra Señora (en latin Ordo Visitationis Beatissimae Mariae Virginis) fue creada por San Francisco de Sales (1567-1622), y Santa Juana Francisca Frémyot de Chantal (1572-1641) en junio de 1610, en Ginebra en la llamada "casa de la Galerie de Annecy".
Actualmente existen 153 monasterios al rededor del mundo y en Latinoamérica se encuentran en países como Perú, México, Panamá y Guatemala.
Georgina Vividor
Sábado, 28 de Agosto de 2010

Teresa de Calcuta, don inestimable para el mundo

“En este centenario, debemos escuchar el mensaje de la Madre de que hemos sido creados para cosas más grandes, para amar y ser amados".
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 26 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Madre Teresa, “modelo ejemplar de las virtudes cristianas”, fue en vida un “don inestimable” para el mundo, y sigue siéndolo “a través del amoroso e incansable trabajo de vosotras, sus hijas espirituales”. Así lo afirma el Papa Benedicto XVI, en un mensaje enviado a sor Mary Prema, superiora de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por Madre Teresa, en un mensaje con motivo del nacimiento de la religiosa, que se conmemora hoy en todo el mundo.
En el mensaje, que ha hecho público hoy Radio Vaticana, el Papa invita a las hijas espirituales de Madre Teresa a seguir el ejemplo marcado por ésta.
“Respondiendo con confianza a la llamada directa del Señor – prosigue el Papa – Madre Teresa dio ejemplo ante el mundo de las palabras de san Juan: 'Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros' (1 Jn 4, 11-12)”.
Que este Amor siga inspirándoos como Misioneras de la Caridad a donaros a vosotras mismas generosamente a Jesús, a quien vosotras pretendéis servir en los pobres, en los enfermos, en las personas solas y abandonadas.
El Papa concluye exhortando a las Misioneras “a beber constantemente de la espiritualidad y del ejemplo de Madre Teresa y, siguiendo sus huellas, a acoger la invitación de Jesús: 'Ven, sé mi luz'”.
Según informa la agencia Asianews, el mensaje fue leído hoy por la mañana por el arzobispo de Calcuta, monseñor Lukas Sirkar, durante la misa presidida por el cardenal Thelesphore Toppo, arzobispo de Ranchi, en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad.
Cerca de mil personas participaron en esa misa, celebrada en la Casa donde reposan los restos de Madre Teresa, informa también la agencia UCAN.
Antes de comenzar la ceremonia, tuvo lugar un sencillo acto de homenaje, durante el cual las hermanas Nirmala y Mary Prema, primera y segunda sucesoras respectivamente de Madre Teresa al frente de la congregación, soltaron una paloma blanca y unos globos.
El cardenal Toppo, por su parte, encendió una vela y la puso junto a la tumba. “En este centenario, debemos escuchar el mensaje de la Madre de que hemos sido creados para cosas más grandes, para amar y ser amados”, afirmó.
La misa fue presidida por el purpurado, y concelebrada por monseñor Sirkar, por el arzobispo emérito de Calcuta, monseñor Henry D’Souza, por el obispo de Baruipur, monseñor Salvadore Lobo, y por el postulador de la causa de Madre Teresa, Brian Kolodiejchuk.

lunes, 30 de agosto de 2010

Un convento de Roma reza desde hace más de 50 años por las necesidades de Rusia

11 agosto 2010. Iconos rusos llenan las paredes de la pequeña capilla de este monasterio de Roma en el que monjas de todo el mundo rezan por Rusia desde hace más de 50 años. 


Desde 1957, estas monjas de clausura sólo rompen el silencio para rezar y cantar, en lengua eslava. El rito que se sigue es el ortodoxo, pero ellas son católicas. Su hábito es igual que el de las monjas rusas. 

La vida del convento de clausura reproduce la que se sigue en los conventos ortodoxos. Lo único que le distingue de estos conventos es que rezan con el Papa y por el Papa.

Sor Elena (Italia)
“En Oriente no se distingue entre monasterio de clausura y monasterio de vida activa. No se entiende la clausura como una separación. No hay rejas. Pero las monjas viven en el monasterio y sólo salen por cuestiones importantes”.

Este convento nació por petición del Papa Pío XII. Quería acabar con el Comunismo en este país, al que se sentía especialmente unido. El mismo día que el Papa fue ordenado obispo, la Virgen de Fátima se apareció a los pastorcillos pidiendo por la conversión de Rusia.

El convento comenzó con cuatro monjas. Todas eran rusas. Un sacerdote jesuita se encargó de ellas y un abad benedictino enseñó a las monjas el rito bizantino. Aunque habían sido bautizadas por el rito ortodoxo, muchas lo habían olvidado.

Sor Elena (Italia)
“Las primeras monjas fueron cuatro. Eran todas rusas porque al principio querían que fuesen rusas. Habían huido de Rusia y llevan en sus espaldas historias dolorosas. Dos vivieron en el periodo zarista y las otras, más jóvenes, el comienzo de la era soviética”.

Las necesidades de Rusia han cambiado, pero estas monjas siguen rezando. Ahora lo hacen por el diálogo ecuménico. De hecho, muchos patriarcas ortodoxos han pasado por este convento, y muchos también fueron los pésames que llegaron cuando murió la fundadora, hace unos meses. 

Prueba de la buena relación que tienen con el mundo ortodoxo son los múltiples iconos que han recibido como regalo. Esta imagen de la Coronación de la madre de Dios, es una de las más antiguas.

Sor Elena (Italia)
“La regaló el metropolita Nicodemo, que se encargaba de las relaciones externas de la Iglesia ortodoxa. Cuando venía a Roma siempre venía a ver a las monjas. Las apreciaba mucho. Cuando vino a felicitar a Juan Pablo I de parte de la Iglesia ortodoxa por su elección como Papa, sufrió un infarto y murió en brazos del Papa”.

Sor Elena es italiana y una apasionada de la cultura rusa y del rito bizantino desde pequeña. Tras un viaje a Rusia, se dio cuenta de que debía hacer algo por ese país. Por eso está aquí, como otras monjas que han pasado su vida rezando para pedir, desde el corazón de la cristiandad, por Rusia. 



http://www.romereports.com/palio

viernes, 27 de agosto de 2010

La grandeza de la vida contemplativa

El hombre contemporáneo ha perdido la tranquilidad. Lucha incansablemente por alcanzar el sustento cotidiano, la cercanía de sus amistades, el reconocimiento social, la comodidad sin límites. Y si es más ambicioso, intenta presurosamente conseguir placeres ilícitos de manera desmesurada, rindiéndole culto a sus dioses: la fama, la riqueza, el prestigio o el poder.
Algunos escogidos, llamados directamente por Dios, buscan la plenitud para sus vidas en situaciones muy diferentes a las que nos ofrece la sociedad de consumo moderna. En pleno siglo XXI aún florecen almas que han decidido apartarse de los excesos contemporáneos para dedicarse a una búsqueda personal del Señor dentro de los claustros de un monasterio. Existen, especialmente en Europa, cientos de abadías donde los monjes de ambos sexos intenten penetrar el misterio de la Salvación a través de la observancia de la regla de su comunidad, imbuyéndose en el silencio, la oración, la penitencia y el canto de alabanza. 
Dedican la mayor parte de su jornada a la oración personal, a la lectura de la Sagrada escritura y al rezo del Oficio Divino. Tres veces al día se reúnen con sus hermanos de hábito: por la mañana en la misa conventual; por la tarde, en las vísperas; y en la media noche en los maitines y laudes. Algunos eremitas toman los alimentos en sus celdas y excepcionalmente se reúnen en el refectorio los domingos y con ocasión de grandes solemnidades. Para ganar su sustento cotidiano, estos ermitaños trabajan en la huerta, en la carpintería, en la sastrería, en la elaboración de productos alimenticios y en otras manualidades.
El espíritu de penitencia de los religiosos irradia un himno permanente de adoración que se vive en medio de la “dureza” de su vida monacal. No existe la televisión, el internet o cualquier otra distracción mundana. Su régimen alimenticio está basado en vegetales y frutas, estando prohibido el consumo de carnes. En tiempo de cuaresma los ayunos son aún más rígidos, limitándose a un trozo de pan y un poco de agua. El inmaculado hábito refleja la austeridad y el compromiso sagrado de cada cenobita. Comúnmente está confeccionado con tejido burdo, de colores pastel, adosado a un amplio capuz que guarece la cabeza rasurada del hermano y que cae sobre sus hombros configurando el escapulario de Nuestra Señora. 
La visita a un monasterio medieval permite comprender plenamente el alto vuelo espiritual y material que ha alcanzado la humanidad redimida por Nuestro Señor. La belleza de la arquitectura del claustro, la luminosidad de múltiples colores que se filtran por los vitrales de su iglesia, la exuberancia de los jardines de su patio interior, la sobriedad de su cementerio y la santidad de sus moradores crean una sensación sobrenatural que nos hace percibir las delicias del Cielo, que degustamos intensamente con el murmullo de una sublime polifonía de cantos gregorianos.
Algunos de estas abadías permiten que los forasteros participen de la vida monástica por algunos días y compartan el ordo de las almas contemplativas. En muchas ocasiones, los visitantes desean extender su estadía… para siempre. En Europa hay cerca de 50.000 personas que dedican su vida a la contemplación, en América unas 20.000 y en el resto del mundo aproximadamente 6.000. En Colombia tenemos Benedictinos, Clarisas, Concepcionistas Franciscanas, Dominicos… entre otros.
El Santo Padre Benedicto XVI resumía la grandeza de la vida contemplativa con estas palabras.“En nombre de toda la Iglesia, expreso gratitud a quienes consagran su vida a la oración en la clausura, ofreciendo un elocuente testimonio de la primacía de Dios y de su Reino. Invito a estar junto a ellos con nuestro apoyo espiritual y material”. 


alonsico@yahoo.com


Fuente: El Catolicismo
Alonso Jaramillo, KC*HS, KM, KSG, BM / Numerario de la Academia de Historia Eclesiástica de Bogotá, 30 de junio de 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Comienza la celebración de los 500 años de santa Teresa de Ávila

Un congreso internacional sobre la santa se podrá seguir en directo por Internet
ÁVILA, domingo, 22 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Teresa de Jesús (1515-1582) será recordada de manera intensa desde este mes de agosto hasta 2015, cuando se cumplirán 500 años de su nacimiento. El primer acto internacional para prepara el centenario es un congreso mundial sobre el "Libro de la Vida" que se emitirá en director por Internet.
De este modo, centenares de monjas carmelitas podrán seguir el congreso desde sus conventos en todo el mundo. La iniciativa está abierta a todas las personas interesadas.

El Congreso empieza el 23 de agosto en Ávila con una exposición en la que se podrá observar por unas horas el manuscrito original, que la santa mística concluyó en 1562, conservado en El Escorial.
Para adentrarnos en los preparativos de este congreso que se podrá seguir por Internet, ZENIT ha entrevistado al director de la Universidad de la Mística  y de la Fundación CITES (Centro Internacional Teresiano y San Juanista), el carmelita descalzo Javier Sancho Fermín.
--El Libro de la Vida de santa Teresa es un libro que "convierte". ¿Se hablará del impacto de este libro en el itinerario espiritual de Edith Stein, por ejemplo, y en otros conversos?
--Javier Sancho: Ciertamente es una cuestión que saldrá a flote porque forma parte de la historia viva de esta obra teresiana. Concretamente, una de las actividades del congreso será, precisamente, un concierto oración que se celebrará la noche del día 28 de agosto: y que llevará por título: "Del Libro de la Vida al Libro de la Verdad. El impacto de Teresa en Edith Stein". En esta oración-concierto se presentará oficialmente un CD sobre cantos inspirados en pensamientos clave de Edith Stein, y que han sido compuestos por Carmela Martínez. EL CD saldrá posiblemente antes de las Navidades y está patrocinado por la Fundación CITeS.
Y aunque de otros "conversos" no se hablará directamente, sí que se tocará la incidencia que puede tener hoy el "Libro de la Vida" en los diferentes ámbitos de la vida: en la política (a cargo del europarlamentario Agustín Díaz de Mera), en la familia, en los jóvenes, en la vida consagrada... Lo que se pretende, en definitiva, es descubrir esa viveza y actualidad que sigue teniendo Teresa.
--Quinientos años después del nacimiento de santa Teresa, ¿por qué motivos explicaría su importancia a alguien que nunca haya oído a hablar de ella?
    
--Javier Sancho: Por muchos motivos, pero explícitamente subrayaría dos: porque Teresa es una mujer que se preocupó profundamente por la dignidad de la persona humana, y en su experiencia con Dios es capaz de dar luz al misterio más profundo y desconocido de la interioridad de la persona humana.
También porque, en un mundo con sed creciente de espiritualidad, ella es maestra experimentada y auténtica: no es una mujer de teorías, sino de vida probada. Y porque como nadie nos ayuda a descubrir al Dios amigo y sentirlo cercano.
--El Congreso permitirá que muchas monjas puedan conectarse y vivir el congreso desde sus conventos en todas partes del mundo. ¿Cómo ha sido acogido en la orden carmelita esta decisión?
--Javier Sancho: Ciertamente es algo nuevo, pero en lo cual se lleva insistiendo desde hace mucho tiempo, especialmente desde los monasterios de monjas carmelitas. Será una experiencia nueva y una puerta abierta a iniciativas futuras. La tecnología hoy lo permite, aunque los costes siguen siendo bastante elevados. Pero confiamos que haya la suficiente demanda como para cubrir gastos y poder ampliar el servicio en las próximas ediciones de los congresos. En este momento contamos con hacer la transmisión en cuatro idiomas: español, francés, inglés e italiano (www.teresadeavila.net).
--Un pastor metodista ofrecerá una visión del "Libro de la Vida" en clave ecuménica, y también se hablará del mismo en un contexto interreligioso. ¿Santa Teresa como modelo para el ecumenismo y el diálogo interreligioso?
--Javier Sancho: Suena raro y extraño, y más cuando a Teresa se la ha puesto siempre en la delantera de la Contrarreforma. Sin embargo, y esto resulta cada día más extendido, Teresa está teniendo una amplísima resonancia en el mundo de las iglesias protestantes: la sed de espiritualidad y la búsqueda de maestros incide en ello. Recuerdo que un pastor metodista de los Estados Unidos nos confesaba que en su seminario el libro de formación espiritual de sus seminaristas era, precisamente, el "Camino de perfección" de Teresa... Es claro que entre los hombres y mujeres de "experiencia" auténtica de Dios hay una especial sintonía y comprensión, por encima de las ideas y conceptos.
  
Más información en  http://www.mistica.es

LA MEJOR PARTE. Etapas de la vida contemplativa

Libro escrito con una sencillez que es fruto de muchos años de vida monástica, 
La mejor parte está destinado a los que desconocen la Oración Centrante, y a los que llevan años practicándola. Comienza con una reflexión sobre la familia de Marta, María y Lázaro, “como una familia cuyos miembros viven distintas etapas de la vida espiritual”. Lázaro es el “paradigma de la transformación” que tiene lugar en quien pasa de estar centrado en sí mismo a estar centrado en Cristo, tras haber sido curado por la palabra del terapeuta divino. 
Las etapas de la vida espiritual se relacionan con la Oración Centrante como “una serie de avances en la presencia de Dios a niveles cada vez más profundos”.
Thomas Keating es uno de los principales maestros de oración contemplativa en el mundo cristiano. Junto con otros ha recuperado el camino de la Oración Centrante, y ha fundado una organización, llamada
Contemplative Outreach, para animar a monjes, clérigos y laicos a practicar esta forma de oración.

  • Thomas Keating
  • Editorial Desclée de Brouwer
  • 128 páginas
  • ISBN: 8433017322 ISBN-13: 9788433017321
  • 2 edición (09/2004)

martes, 24 de agosto de 2010

DESDE LA VIDA CONTEMPLATIVA. Una experiencia de mujer

Por Teresa Riego, Carmelita Descalza

Siempre ha llamado la atención esta opción de vida. A muchos les da escozor imaginarse a un grupo de mujeres encerradas voluntariamente, huyendo del mundo, de los vínculos, de la historia. El adjetivo por el que nos conoce el común de la gente -monjas “de clausura”- evoca actitudes de ruptura, ensimismamiento y casi indiferencia por los avatares de la humanidad. Los signos visibles que tradicionalmente han acompañado esta opción –las rejas, el torno[1]- no han facilitado la comprensión de esta forma de vida.
Afortunadamente, en los últimos tiempos se ha instalado eficazmente la distinción entre lo esencial y lo accidental de la vida contemplativa, entendiendo por esencial aquellos elementos no negociables, insustituibles y perennes, que hacen válida esta elección vida, más allá del paso de los siglos. Y entendiendo por accidental aquellos elementos que formaron parte de la vida común de los monasterios, y que han tendido a perpetuarse, sin la debida interpelación de la cultura del lugar y de la época en que se vive. Siendo que la orden de Carmelitas Descalzos surge en España en pleno siglo XVI, es fácil imaginar cuántos rasgos medievales y renacentistas se instalaron y no quisieron luego desaparecer.
Hoy, un grupo de diez mujeres estamos en el centro de esta Córdoba de comienzo de milenio, arrastrando cuatro siglos de historia, y preguntándonos día a día cómo ser hoy carmelitas descalzas. Es una pregunta cuya respuesta es un desafío cautivante y que nos obliga a ser no solamente fieles a una tradición sino sobre todo fieles a nuestra gente, a los innumerables hombres y mujeres de hoy, cuyos gozos, dolores y esperanzas son también los nuestros. Y para alcanzar esa doble fidelidad hay que ser esencialmente creativas.
Dejando, pues, de lado esos elementos accidentales que han usurpado el lugar de lo esencial, paso a definir por qué estamos aquí y viviendo de este modo, sabiendo de antemano que sin fe es imposible una acabada comprensión.
¿Qué es ser Carmelita Descalza?
Cuando yo era chica me parecía que los tumultos de mi mundo interior se parecían mucho a los del mundo exterior. Y me pasaba buscando los puntos de contacto, la clave, el código secreto que resolviera todos los enigmas. Ese trabajo ímprobo me hizo bucear en las ideas, en el amor, en la vida, en la muerte, en lo trascendente y en lo inmanente. Llegada a un punto, un abismo dentro mío me mostró una cámara secreta, un lugar de encuentro, un espacio sagrado. Ese hondón estaba habitado. El Tú infinito me dio todas las respuestas y calmó todos los desasosiegos.
De un modo o de otro esta puede ser la historia de todas las carmelitas descalzas: Hay un corazón inquieto, que quiere abarcar la totalidad, que no se conforma con un trabajo, con una misión, con un lugar, con una casa, con un amor. Hay un ansia y una sed de que nada ni nadie quede fuera de ese abrazo del corazón inquieto.
Dios es el único que puede con semejante deseo. Por eso lo que buscamos esencialmente las carmelitas es una profunda unión con Dios para poder, desde Él, abrazar a toda la humanidad. La unión con Dios no es otra cosa que tener los mismos sentimientos de Cristo: estar dispuestas a dar la vida por los demás, amarlos como él nos amó, dejar que Él sea el Señor.
Esto, en lo cotidiano, se traduce en una vida sencilla, atravesada por la oración y el amor fraterno como sus dos pilares esenciales. A través de la oración, que no es otra cosa sino amistad con el Señor, llevamos todas las necesidades de la gente que día a día nos deja sus penas y pesares. Llevamos también nuestra sed de amar y de ser amadas, y nos dejamos encender un poco más en amor por el que es Amor Infinito.
A través del amor fraterno, salimos de nosotras mismas hacia el otro. Es la prueba de que la oración no es un ensimismamiento narcicista. Si de ella no nacen obras de amor y de justicia nuestra oración es vana y vacía. Por eso los Carmelos están llamados a ser como un ecosistema completo[2], donde las leyes internas no son otras que las del amor,  donde el mayor es el menor, donde el poderoso es humillado y el menor es ensalzado. Donde el que es menos es más, donde el más pobre es el más rico, donde el que nada tiene todo lo tiene, donde el que más sabe, es que sabe de la cruz y de Jesucristo crucificado.
Palabra de mujer
Si a esta realidad le sumamos el bello nombre de mujer, se abren nuevas perspectivas desde las cuales se llena de sentido esta opción de vida.
Recién en el siglo XX la mujer comenzó a pensarse a sí misma. También dentro de la Iglesia ella advirtió que a lo largo de la historia fueron los varones quienes se encargaron de decir quién era ella, le asignaron una identidad, un rol, una misión y unas leyes. De este modo, se advierte que a lo largo de los siglos se depositó en la mujer una identidad que estaba lejos de ella misma, y se vio forzada y esforzada a ser lo que no era.
 A partir de la reflexión femenina dentro de la iglesia, se puso de relieve la necesidad de integrar el lenguaje del cuerpo de la mujer para poder definir su identidad y misión. Desde esta perspectiva se instala un nuevo enfoque de la mujer como espacio – habitación[3]. De la estructura corporal de su útero como espacio abierto donde se gesta la vida, se configuran su psiquis y su espiritualidad. Independientemente de su efectiva y/o concreta maternidad biológica.
Desde esta nueva perspectiva, ella descubre que ser espacio abierto implica la misión de crear comunidad, de engendrar “hijos”, de respetar la alteridad y de velar por la justicia.
Ella se sentirá llamada a ser lugar de encuentro, a comunicar la fiesta y la alegría, a transmitir su fuerza. Se sentirá convocada a nutrir, dar asilo, consuelo, consejo y abrigo.  Ella será la guardiana de la intimidad y los secretos. Ella pondrá la mesa y lavará los pies al extranjero (al distinto y al marginado). Ella será quien rompa los órdenes establecidos para instaurar un nuevo orden, donde lo primero no es conquistar sino ser espacio vulnerable al otro, en sus sufrimientos y en sus búsquedas. 
Por eso también, la teología femenina estará menos teñida de especulación y más de donación, mística y narración. Esta teología no habla tanto, sino que señala el fuego e invita a entrar en él. Descubre el rostro de Dios como el hacedor de nuestra alegría y nuestro júbilo. Como el gran cobijo en las tormentas y la luz en las noches oscuras. Como el vino de la fiesta y el banquete inextinguible. Como la tierra del reposo y el lugar de la esperanza.
Cuando se acercaba la hora de su muerte, estando Jesús cenando con sus discípulos, se presentó una mujer en medio de ellos. Llevaba en un frasco de alabastro un perfume carísimo. Rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. La casa se llenó de perfume. Enseguida los discípulos la criticaron, y cuchicheaban diciendo: “¿No hubiera sido mejor vender el perfume y repartir el dinero entre los pobres?” Pero Jesús les dijo: “Déjenla, ¿por qué la molestan? … Ella hizo lo que podía; ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura. Les aseguro que allí donde se proclame la buena noticia en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo.” [4]
Ojalá que muchas mujeres estemos dispuestas a quebrar  nuestros frascos de alabastro y derramar nuestros perfumes sobre los dolientes de nuestro mundo. Este es el poder de las mujeres de todos los tiempos: ellas saben descubrir  en medio de la multitud los cuerpos que necesitan ser ungidos con su ternura y protección. Y ella está llamada desde su espacio más íntimo y sagrado a la oblación completa. Sin esperar la aprobación de los hombres ni el elogio de los poderosos.
Ojalá que hoy en la sociedad podamos escuchar que los varones digan de la mujer “Déjenla”, que ella sabe lo que hace, porque se lo dicta el amor.  “Déjenla” porque no importa tanto la administración sino que la casa (el mundo, la sociedad, la ciudad) se llene de perfume. “Déjenla” porque ella conoce de modo misterioso y bello que la única urgencia de la humanidad es la del derroche del amor.

[1] Ventana giratoria situada en la portería de los monasterios, por donde se atiende a la gente. La misma consta de cuatro paneles de madera en forma de cruz, de modo que sirve para conversar o pasar objetos, pero priva totalmente de la visión tanto de dentro como de fuera.[2] Expresión acuñada por Thimoty Radcliffe, op[3] MARÍA TERESA PORCILE SANTISSO, La mujer, espacio de salvación. Varios conceptos vertidos en esta sección los tomo de la citada autora.[4] Se puede leer esta cita en el Evangelio de Marcos (14,3-8) o en el de Mateo (26, 6-13)  o en el de Juan (12,1-8)


lunes, 23 de agosto de 2010

Contemplación, el camino místico olvidado por los cristianos (y II)

¿Nos puede decir algo más acerca de las prácticas tradicionales cristianas?
Hay ciertas estructuras básicas en la mística que son iguales en todas las religiones. O bien se recomienda la concentración de la consciencia mediante una imagen, un sonido, una palabra, la respiración, la luz, o sea, mediante un contenido como foco donde se concentre la consciencia, o bien la mantienen libre de cualquier contenido o estructura, ya sea ésta de índole material, psíquica o intelectual.
Hablaré primeramente de la concentración de la consciencia.
Los monjes, desde siempre, han conocido la interiorización con ayuda de la respiración. Recomiendo a este respecto la lectura del libro La Filocalia que describe la vida oracional de los monjes de la Iglesia Oriental.
Aparte de esto, siempre se ha considerado importantísimo sentarse durante largos períodos en quietud. Esto podrá hacerse en un banco de una iglesia, en casa en una silla, en un banquillo, o sobre los talones. El citado libro de la Filocalia también describe este ejercicio.
Luego tenemos el ejercicio con una palabra. Casiano, que nos cuenta la vida y oraciones de los eremitas y cenobitas del desierto, describe este ejercicio ampliamente y recomienda la frase: "Oh Dios, ven en mi ayuda, Señor, date prisa en socorrerme" (1). A este respecto recomiendo la lectura de sus "Colationes X".
La "oración continua" que nos recomienda Jesús (Lc 18,1) únicamente puede tener lugar en el nivel contemplativo cuando, después de haber practicado durante un período largo, "está rezando en la persona", habiéndose formado un hábito en el alma que una y otra vez vuelve a conducir a la experiencia de la oración. La "buena opinión" que muchos cristianos practican, no es suficiente para ello.
El autor de "La Nube del No Saber", en los capítulos 7,36,37 y 39, da instrucciones para el uso de la palabra en la contemplación.
Cuando se haya progresado hasta cierto punto en la oración, ya no se observa la respiración, sino el sonido. Habrá que "cantar" interiormente, por así decir, la vocal, conduciendo ésta la respiración. La meta consiste en hacerse uno con la palabra, mejor dicho, con el proceso de "cantarla" o pronunciarla interiormente. Hay que volverse el sonido mismo, entonces se va sosegando el fuero interno. La consciencia queda concentrada en la palabra o en la vocal, con lo cual se consigue el desprendimiento de todo lo demás.
La contemplación cristiana siempre va acompañada de entrega y amor (caridad). Nuevamente remito aquí al libro de la Nube del no-saber, cuyo autor recomienda cargar la palabra con entrega, amor y confianza. Esto, únicamente en apariencia contradice la indicación de no quedarse apegados a los sentimientos. Tanto el amor, como la entrega y el anhelo son emociones básicas de nuestra alma perfectamente aptas para acompañar la palabra. Nos orientan y sirven para el recogimiento. Alguien que tiene sed, no tendrá que pensar en agua, pues está completamente impregnado de las ganas de beber agua. Lo mismo ocurre con el amor. Quien ama de veras, quien tiene nostalgia y quien se entrega, no está distraído...
Pero no hay que sorprenderse ante la falta de tales sentimientos. El camino lleva por largos trechos de sequedad, por el desierto y la noche, como nos lo dicen los místicos. Y justamente entonces es fundamental seguir con la oración, aunque la sequedad frustrante nos invada. La sequedad se encuentra en el nivel personal de la afectividad. Es nuestro yo que se frustra, y a ese yo habrá que abandonarle de todas formas. La sequedad para la mística es, por lo tanto, un instrumento y una ayuda de Dios en el proceso del desprendimiento.
Referente al ejercicio del vaciamiento de la consciencia, el autor de "la Nube del no-saber" habla de la percepción del propio ser. En el transcurso del ejercicio, se llegar a percibir un fondo donde harán su apariencia pensamientos, sentimientos e intenciones. Los pensamientos y los sentimientos se originan allí, pero no son el fondo más profundo. El citado autor denomina este fondo el Ser. Sus instrucciones a este respecto me parecen ser las más importantes de su libro. El mirar al Señor es un ejercicio que se practica en muchos caminos místicos, aún y cuando se le dan diferentes nombres. La meta siempre consiste en el vaciamiento de la consciencia, pero no por el vacío en sí, sino porque tan sólo en el vacío podrá manifestarse genuinamente la plenitud de Dios, pues el ojo tendrá que ser incoloro para poder mirar el color auténtico. Uno se desprende de pensamientos, sentimientos e impulsos de la voluntad; El ser humano se parece a un espejo que refleja todo sin identificarse con nada.
En este estado aún quedan dos: un yo que experimenta y aquello que es experimentado. Seguir adelante a partir de aquí resulta realmente muy difícil. La meta consiste en abandonar el yo para experimentar exclusivamente el Ser de Dios. Y esto no se consigue mediante un acto de voluntad. No queda otra cosa que seguir fielmente con el ejercicio. Las instrucciones siguen siendo las mismas que antes: ¡Mantente en el ejercicio! ¡Húndete en él! Entonces podrás recibir el don de la experiencia. Una auténtica experiencia mística es algo que nos ocurre, nunca la podremos producir.

¿Nos podría decir algo acerca del camino de la contemplación de los Padres del Desierto?
El Padre Juan Casiano resume el sendero de la oración contemplativa con las palabras "pureza de corazón". Corazón, para él, es la capacidad básica del conocimiento, mejor dicho, de la experiencia. Es esa chispa del alma con la que no solamente experimentamos nuestra auténtica vida divina, sino que es esa vida divina misma. La experiencia no se alcanza con el discurrir o por medio de palabras que se queden en la memoria. (Véase a este respecto el prólogo de sus Colationes).
El camino a la experiencia llega a través del saber del camino, a través de la "praktik‚" Esta se divide en tres apartados:

- El trabajo en el hombre interior (lucha contra el pecado)

- El servicio en pro de los hermanos

- El volverse igual a Cristo

La primera meta que se deber alcanzar es la pureza del corazón. La contemplación es la meta verdadera y última de toda vida monástica. Pero siempre ser un don y nunca depende de la voluntad. Por ello, la meta más cercana a la que se aspira, es la pureza del corazón (puritas cordis). (Colationes I,4 y I,7).
El proceso de liberación, que más tarde llamaría san Juan de la Cruz la purificación activa y pasiva, es un proceso psicoespiritual que, en primer lugar tiene que ver con el trabajo de las perturbaciones psíquicas, como por ejemplo, los traumas infantiles, los esquemas inculcados en la educación y los trastornos diversos en el inconsciente personal. Además, purificación también significa liberación de todo dominio de los impulsos.
De entre los Padres del Desierto destaca sobre todo el monje Evagrio Póntico, quién ha influido grandemente en la mística cristiana. Referente a la oración, nos habla en especial de dos grandes Padres del Desierto, ambos de nombre Macario. Recomienda "darse totalmente a la oración sin tener en cuenta ni las preocupaciones ni los pensamientos que surjan en el transcurso. Lo único que consiguen en ti es molestarte e intranquilizarte para finalmente tambalear tu orientación tan decidida".
La importancia de Evagrio Póntico estriba en su claridad. La contemplación es atención pura. La persona auténticamente contemplativa ve el lugar de Dios. Asimismo, Evagrio Póntico aconseja quedarse durante períodos largos, sin interrupciones, en el ejercicio de la oración. Dice: "Cuando estés en oración, no te preocupes de las necesidades de tu cuerpo, porque si lo haces, podrías dañar ese don inigualable que se te da en la oración debido a una picadura de una pulga, de un piojo o de un mosquito".
El centro de la contemplación siempre lo constituye la ausencia de imágenes e ideas, y Evagrio Póntico dice al respecto: "Cuando ores no te imagines a la divinidad bajo una misma imagen. Mantén tu mente libre de cualesquiera formas y acércate al Ser inmaterial sin ninguna materia, pues únicamente así lo conocerás".
El camino del ejercicio consiste en la transformación y maduración hacia alcanzar un estado mental completamente receptivo. Para los monjes, Jesús es el orante místico perfecto. Su oración en el monte y en la soledad era la "apateia", el mirar a Dios. Según Casiano, los monjes deberían mantenerse en la oración de la misma manera que lo hiciera Jesús cuando se encontraba en el estado de la experiencia profunda de lo que él llamó "Padre" al estar orando en el monte. Y Casiano critica a los mojes que no saben orar sin representarse algún tipo de imagen.

¿Porqué y cómo se produjo el declive de la mística?.
Hasta hace unos 200 años, la contemplación solía formar parte de la pedagogía de oración. Quisiera citar aquí a Thomas Keating, abad cisterciense de los EE.UU., que en un resumen de la historia de la contemplación, cita los diversos motivos que han influido en el hecho de que esto ya no sea así:
  • La desgraciada tendencia a rebajar los "ejercicios espirituales" (Ignacio de Loyola) a un método de meditación discursiva.
  • El enfrentamiento de la Iglesia establecida con el Quietismo y su radical condena de esta corriente. La pedagogía del Quietismo consiste en un dejar hacer pasivo y en abandonarse a la guía de la gracia. Esto, en la Institución generó un miedo latente ante toda mística, haciendo que cayera en descrédito.
  • El Jansenismo y sus influencias. El Jansenismo se acerca mucho al Determinismo: el ser humano está predestinado y poco puede hacer para cambiar esta condición. Dios escoge a la persona y le concede la gracia de actuar bien, obrando así su redención.
  • La sobrevaloración de las visiones y revelaciones privadas y la consecuente desvalorización de la liturgia.
  • El confundir la auténtica naturaleza de la contemplación con fenómenos como la levitación, el hablar en lenguas, los estigmas y las visiones.
  • El confundir la mística con la beatería.
  • La desfiguración de la imagen de los místicos y la equiparación de la mística con un ascetismo divorciado de la realidad.
  • El incremento del legalismo de la Iglesia Romana.
Aparte de esto, dice Keating, la erradicación de la contemplación fue definitiva cuando se llegó a afirmar que era una temeridad aspirar a la oración contemplativa.
Alentados por los caminos esotéricos de Oriente, muchos cristianos de nuestros días vuelven a acordarse de su propia tradición. Pero su interés no estriba en disertaciones teoréticas sobre místicos, sino en los caminos a la experiencia que éstos nos legaron.

Padre Jaeger, le agradecemos esta entrevista y esperamos que la contemplación vuelva a tener su lugar perdido en la pedagogía de la oración cristiana.
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(1)- Naturalmente la recitación se hacía en griego, o en alguno de los idiomas antiguos, de manera que la frase quedaba mucho mas compactada; algo parecido a lo que puede ser "Kyrie Eleison". Todo esto nos llevaría a cuestionar el valor de las lenguas actuales para la oración... pero este es otro tema que merecería todo un estudio; quizás más adelante... (N.D.R) (volver)

miércoles, 18 de agosto de 2010

Contemplación, el camino místico olvidado por los cristianos (I)

En el marco entrañable del convento de San Juan de la Cruz de Segovia, en una tarde soleada y apacible, nos recibe el P. Willigis Jager en el despacho de amplio ventanal. El aire está impregnado de fragancia de mirra. El P. Jager ya es conocido en nuestro país desde el año 1982, cuando por primera vez vino a dar un curso. Es autor de varios libros y escritos. Traducidos al español hay: "La oración contemplativa según san Juan de la Cruz" (Edit. Obelisco) y "Contemplación, encontrar a Dios hoy" (Edit. Narcea, Madrid). En preparación: "En busca del sentido de la vida".

El P. Willigis reúne en sí las características de ser monje benedictino y a la vez maestro Zen, discípulo de Yamada Roshi.

¿Como definiría usted la contemplación?
Toda religión, aparte de sus enseñanzas, rituales y liturgia, o sea, de los elementos esotéricos, conoce un camino a la experiencia, es decir, un camino esotérico. Y en el cristianismo, durante toda la Edad Media, se utilizó el término "contemplación" para el sendero que conducir a la experiencia de lo divino. Diferenciamos entre tres grados en la oración cristiana:
1.- La oración verbal: oratio.
2.- La oración meditativa: meditatio.
3.- La oración contemplativa: contemplatio.
La última forma de oración se enseñó hasta bien entrada la Alta Edad Media.

¿Quiénes la practicaban?
Los grandes místicos de Occidente, como por ejemplo, Casiano, Evagrio Pontico, Dionisio, Buenaventura, el maestro Eckehart, Hugo de san Víctor, los autores de la "Filocalia" y de la "Nube del no-saber" respectivamente, Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Madame Guyon...

No menciona usted a Ignacio de Loyola, cuyos ejercicios son tan extendidos hasta hoy en la Iglesia Católica.
No, no le menciono porque él abandonó la tradición, entendiendo por contemplación también una oración que incluye la imaginación, las representaciones, que pertenecen al ámbito de la meditación.

¿Cual es la diferencia entre meditación y contemplación?
Hoy en día, lamentablemente, ya no se utilizan estos dos términos en sus formas originales. La meditación, según la clasificación tradicional, se refiere a los dones intelectuales y sensuales del ser humano: la razón, los sentimientos y los sentidos, ocupándose de imágenes, palabras y metáforas que estimulan las potencias del alma. Pero los que se encaminan a la contemplación han de dejar atrás la meditación durante este ejercicio. Por otro lado, se da por supuesto que los que se dediquen a la contemplación ya han practicado intensamente las otras dos formas de oración. La contemplación únicamente es posible cuando queden calladas la razón, la memoria y la voluntad. Todas las potencias del alma están aquí pasivas. Ninguna idea o contenido serán admitidos, incluso habrá que abandonar todas las visiones, pensamientos e ideas religiosas. Contemplación es un "puro mirar"; algo le va sucediendo al orante. Se trata de despertar el verdadero ser divino.

¿Que tipo de instrucción para la oración contemplativa dieron los anteriormente citados místicos?
San Juan de la Cruz, en su libro "Llama de amor viva" (III,36) escribe, por ejemplo, que en cuanto el alma comience a entrar en ese estado sencillo y sereno de la contemplación, agotándosele la meditación, nunca deber intentar figurarse cualesquiera meditaciones o agarrarse a consolaciones espirituales.

En relación a esto, ¿cómo ve Vd. los caminos espirituales de Oriente?
Los caminos esotéricos de Oriente, como son el Vipassana, el Zen, y algunas formas de Yoga, tienen un gran parecido con la contemplación. Las instrucciones básicas se asemejan mucho. La contemplación, en su sentido puro, es un camino paralelo a dichas formas orientales y, en mi opinión, debería volver a utilizarse este término en su concepto clásico dentro del ámbito cristiano.

Háblenos un poco más de las clasificaciones de la oración cristiana.
Bien, pues tenemos, además, la clasificación de la oración apofática y de la catafática (Apo=fuera; Kata=correspondiente; Phatis=discurso, palabra). La espiritualidad catafática utiliza contenidos de la consciencia, o sea, imágenes, símbolos, ideas, conceptos, creyendo que el ser humano los necesita para poder acercarse a Dios.
La espiritualidad apofática equivale a la contemplación, siendo orientada a la consciencia pura, vacía, con el fin de que lo divino pueda llegar a manifestarse en ella. Los contenidos se consideran aquí un obstáculo. Mientras la consciencia quede apegada a imágenes o conceptos, aún no se ha llegado allí donde tiene lugar la verdadera experiencia de Dios, pues éstos oscurecen lo divino.

En su opinión, ¿hay muchos cristianos que practican la contemplación?
La gran mayoría de los cristianos, igual que la mayoría de las personas de las demás grandes religiones, va por el camino catafático, o sea, se sirve de imágenes, ideas, palabras. Por esto, la espiritualidad catafática desempeña un papel fundamental en todas las religiones. Y éstas necesitan las imágenes, los conceptos, porque sin ellos no se puede comunicar ninguna fe; pero, por otro lado, se corre el peligro de conferirles demasiada importancia.

¿Cómo ve Vd. la mística frente a la teología?
Bueno, la mística y la teología son los dos pilares de la religión y únicamente cuando ambos existen altamente desarrollados y en equilibrio, la vida religiosa florece de veras. Por eso, para la mística, la contemplación ha sido la verdadera meta de la pedagogía de la fe. Pero tengo que añadir que la mística o, lo que es lo mismo, la espiritualidad apofática, ha sido considerada por la Institución como algo sospechoso. No le faltó razón a veces, especialmente cada vez que el camino místico se volvió en alto grado antiteológico o incluso anti-intelectual, llegando a caer incluso en lo para-psicológico.

¿Quiénes están llamados al camino de la contemplación?
En los últimos siglos se creyó que solamente "algunas personas escogidas" eran aptas para tener una experiencia mística y, hasta hace muy poco, en los mismos conventos fue necesario tener un permiso especial para poder leer los escritos de San Juan de la Cruz o del maestro Eckhart, aunque los místicos mismos recomiendan esta forma de oración a todo el mundo, en especial a los religiosos. Madame Guyon, por ejemplo, escribe: "Todos son aptos para la oración interior. Es una gran desgracia que la mayoría de la gente cree no estar llamada a ella. Pero lo estamos todos, igual que lo estamos a la redención".
Y San Juan de la Cruz escribe en el prólogo a la "Subida al Monte Carmelo" que ese libro trata de cómo podrá prepararse el alma para unirse con Dios rápidamente, asimismo de las diferentes maneras e instrucciones para principiantes y adelantados. Y en el cap. II, 15,4 pasa a decir que está convencido de que todo el mundo posee las condiciones necesarias para ello, puesto que esa luz (de la contemplación) nunca le falta al alma, pero que debido a las imágenes creadas y a los velos que tapan el alma, no entran en ella.
Para Luis Blosius, benedictino del siglo XIV de Francia, el estado de la contemplación es, por lo menos para todo religioso, lo más natural del mundo. Y llega a decir que si esta perfección le parece demasiado alta a alguien, esa persona, para él, no es ningún monje.

¿Cree Usted que la contemplación es lo suficientemente conocida entre los guías y directores espirituales cristianos?
No, lamentablemente no, y habrá que preguntarse el motivo. Sorprende, por ejemplo, ver que en todas las publicaciones con motivo del 400 aniversario de San Juan de la Cruz (1591-1991), no se encuentra nada referente a la práctica de su camino de contemplación. Hoy día, muchos cristianos se dirigen hacia Oriente en busca de caminos esotéricos, porque en el cristianismo no encuentran las instrucciones necesarias. Hay quienes han abandonado la Iglesia, uniéndose a grupos esotéricos libres. Hay muchas más personas místicas de lo que la Institución se puede imaginar.