La vida religiosa está cargada de un tinte cristológico. Los consejos no sólo están fundamentados en las palabras del Señor, sino que son un don divino. Jesús no ha instituido la vida consagrada con proclamaciones teóricas, sino eligiendo vivirla y haciéndola vivir a un cierto número de discípulos.
Cristo Jesús, el primer y perfecto consagrado, ha tenido su proyecto de vida y lo ha llevado adelante en cierto modo. Desde Él ha surgido un estilo de vida particular, aquél que el Concilio llama su género de vida virginal y pobre.
Los doce y los discípulos llamados a seguir a Cristo de cerca. Aquellos que dejándose fascinar del Mesías, responden con un sí, aceptan un nuevo tipo de existencia que realiza la opción radical por él y por el Reino.
1. Adhesión a la persona de Jesús
2. Compartir su vida
3. Escuchar su palabra
4. Constituir un grupo o comunidad
5. Abandonar la vida anterior
Los doce y los primeros discípulos: signo visible para todos los creyentes. Jesús ha querido ofrecer a ellos un medio privilegiado de salvación personal. A través de los doce, parábola viviente, el absoluto de la fe viene públicamente significada; el radicalismo evangélico viene visiblemente representado.
El discipulado evangélico:
• Llamada libre de Cristo
• Respuesta viva de fe
• Don total de sí que incluye renuncia
• Hace surgir especial-comunidad
• Asume una función profética en relación de los otros creyentes
El tentativo de la comunidad de Jesucristo:
• Especie de transposición postpentecostal de sequela Christi
• La presencia en espíritu de Jesús resucitado
• La Koinonía fraterna viene realizada en torno a esta presencia
• El servicio del evangelio viene realizado sea en el testimonio de la comunidad.
• Presencia de algunos apóstoles que han seguido a Jesús antes de Pascua y recibido el Espíritu Santo en Pentecostés
Jesús, los apóstoles y la vida apostólica son modelos y puntos de referencia decisivos. El hecho decisivo es la persona histórica viva de Jesús de Nazaret, después de la experiencia histórica de los doce apóstoles y discípulos en torno a Él. Los componentes de la vida consagrada cobran significado y valor a esta luz, mientras que lo pierden separadas de esa luz. En fin, el elemento fundamental, primero y específico de la fe cristiana es el encuentro personal con Jesucristo.
Por: Eduver Polanco
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