domingo, 9 de enero de 2011

Su cara estaba radiante de felicidad

El 18 de diciembre tuve la dicha de asistir a la entrada como postulante en un convento de vida contemplativa, de una gran amiga y hermana en la fe, Vanesa.
Parece que fue ayer cuando la conocí y ya va para 3 años.
Hacía tiempo que sentía la llamada fuerte del Señor, pero no fueron pocos los obstáculos tanto externos como del corazón que tuvo que ir venciendo antes de dar el paso.
Ingresó en el Monasterio de las hermanas Clarisas de Cantalapiedra (Salamanca) . Con ella son ya 54 las hermanas contemplativas de ese monasterio.
Pese al día tan poco acogedor que hizo, con una niebla que se podía casi cortar, en el convento reinaba una felicidad contagiosa. El rito de acogida fue sencillo pero emocionante.
Oremos para que se consolide esta vocación contemplativa, así como la de cientos y cientos de jóvenes que aún yendo contracorriente siguen diciendo Si a la llamada del AMOR de los amores, JESUCRISTO.

2 comentarios:

Hno. mario de Cristo Salvador dijo...

Enhorabuena. Alabado sea Jesucristo que sigue llamando almas a la contemplación.

Un saludo invocando el Santo Nombre de Jesús.

Anónimo dijo...

Nos unimos a orar las vocaciones contemplativas gracias un saludo