Edith, una joven salvadoreña descubrió el monasterio de San José de Málaga y su vocación a través de internet.
A las carmelitas de este monasterio, el día las tiene ocupadas principalmente en el canto del Oficio Divino, la celebración de la misa, la oración personal, el rosario, la lectura espiritual y otros ejercicios religiosos. El trabajo para vivir es la fabricación de formas para la Eucaristía , la restauración de imágenes, y elaboración de escapularios, rosarios, purificadores o corporales. El trabajo se hace en silencio. “Después de la comida y la cena tenemos una hora de recreación, donde hablamos mientras cosemos alguna labor y es la ocasión de dar las noticias comunitarias, familiares, locales, petición de oraciones ...” – comenta Sor María Jesús.
Las carmelitas nos hablan de su aportación a la diócesis de Málaga: “Es nuestra vida de oración, entrega y amor lo que nos hace llegar a los rincones más insospechados de nuestra Málaga. Rezamos y estamos al lado de nuestro Obispo, con sus sacerdotes y seminaristas; al lado de los que sufren, de los que pasan hambre, de los que no tienen trabajo, de todos los malagueños”.
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