viernes, 29 de octubre de 2010

La vida ascética

Desde los orígenes de la Iglesia, hubo cristianos que abrazaron una vida de plena imitación de Jesucristo. Más tarde, el ascetismo cristiano revistió formas características de huida del mundo y vida en común: así nació el monacato, que floreció desde el siglo IV, tanto en el Oriente cristiano como en el mundo latino occidental.

1. ¿Qué es la vida ascética?

San jerónimo
San Jerónimo

La vida ascética cristiana es tan antigua como laIglesia de Jesucristo. Desde los mismos orígenes, hubo fieles de uno y otro sexo que abrazaban una vida de plena imitación del Maes tro: permanecían vírgenes o guardaban continencia, practicaban la oración y la mortificación cristiana y se ejercitaban en las obras de misericordia. Durante los tres primeros siglos, ascetas y vírgenes no abandonaban el mundo ni se reunían, de ordinario, a vivir en común. Sin solemnidades públicas, como las que luego se introdujeron, se comprometían a guardar la castidad «por el Reino de los Cielos» (Mt XIX, 12) y permanecían entre los demás miembros de su comunidad cristiana, habitando en sus casas y administrando sus bienes.


2. Vida ascética en los primeros siglos

En la sociedad romano-cristiana de los siglos IV y V, el fenómeno ascético tuvo resonantes manifestaciones en los propios círculos de la aristocracia. Matrimonios de la nobleza senatorial, como Paulino de Ñola y Terasia oPiniano y Melania, se desprendieron de inmensos patrimonios y asumieron una existencia de fieles discípulos de Jesucristo, según las enseñanzas del Evangelio. San Jerónimo dirigió espíritualmente a los círculos ascéticos de nobles señoras romanas, primero en la propia Urbe y luego en Palestina: les explicaba los Libros Sagrados y les alentaba en el ejercicio de la ascesis cristiana. La práctica de la castidad entre las mujeres se incrementó a lo largo del siglo IV y, a veces, viudas y doncellas vírgenes comenzaron a vivir en común, como sucedió en Roma, en torno a las nobles damas Paula y Marcela.

Fuente:
 José Orlandis (Historia de la Iglesia, 2001)
Texto y formato tomado con permiso de www.primeroscristianos.com

jueves, 28 de octubre de 2010

Pobreza espiritual y humildad, claves de la oración a Dios

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, destacó que “uno de los aspectos centrales en la vida del cristiano es la oración. Es el mismo Jesucristo quien, recogiendo la rica tradición orante de la Biblia, nos habla de la oración como expresión superior en la relación hombre-Dios. Es más, para Él, los momentos más significativos de su vida fueron momentos de oración, de encuentro con su Padre”.
     “En un sentido  -explicó- es la oración la que nos introduce en la verdad profunda de lo que somos. En ella descubrimos esa primera relación de nuestra condición de criaturas, con su grandeza y sus límites. No somos dioses, ni simples miembros del mundo de la naturaleza; somos seres espirituales únicos, dotados de inteligencia y capacidad de amar”.

     El prelado subrayó que “por ello la oración al descubrirnos en esta verdad de seres espirituales y darnos la certeza de un diálogo posible con Dios, nos muestra un mundo nuevo. La oración nos libera de la angustia de la soledad, porque nos abre a un diálogo con Dios en el que se expresa nuestra vocación trascendente. Ella no es un agregado a la vida del hombre, sino un signo de su dimensión espiritual”.

     Tras considerar que “es significativo que los discípulos no le pidan grandes cosas a Jesús, sino algo simple: ‘Señor, enséñanos a orar’, que es como decirle danos lo importante, es decir, aquello que nos permita dar sentido a nuestra vida”, señaló que “cuando una madre enseña a rezar a su hijo lo está introduciendo en esa verdad profunda del hombre como ser espiritual. Le está dando lo más importante”.

     “La oración no es tanto una cuestión piadosa, cuanto una verdad antropológica en la que el hombre se descubre”, precisó.

     El arzobispo indicó que la fe introduce en un diálogo con Dios que “tiene que hacerse camino de caridad con nuestros hermanos”, e insistió en señalar que “el camino de la oración que nos presenta Jesús no se construye con grandes cosas sino con actitudes simples, como es el espíritu de fe y la sencillez de corazón”.

     “Lo simple de la pobreza espiritual y la humildad, son las actitudes básicas que permiten ese diálogo fecundo con Dios que nos abren a una Vida Nueva, que es causa de nuestra liberación y santidad”, concluyó.+



Santa Fe, 26 Oct. 10 (AICA)


Texto completo:



LA ORACIÓN

Texto del micro radial de monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, emitido por LT 9 (23 de octubre de 2010)

Uno de los aspectos centrales en la vida del cristiano es la oración. Es el mismo Jesucristo quién, recogiendo la rica tradición orante de la Biblia, nos habla de la oración como expresión superior en la relación hombre-Dios. Es más, para Él, los momentos más significativos de su vida fueron momentos de oración, de encuentro con su Padre. En un sentido es la oración la que nos introduce en la verdad profunda de lo que somos. En ella descubrimos esa primera relación de nuestra condición de criaturas, con su grandeza y sus límites. No somos dioses, ni simples miembros del mundo de la naturaleza; somos seres espirituales únicos, dotados de inteligencia y capacidad de amar. Por ello la oración al descubrirnos en esta verdad de seres espirituales y darnos la certeza de un diálogo posible con Dios, nos muestra un mundo nuevo. La oración nos libera de la angustia de la soledad, porque nos abre a un diálogo con Dios en el que se expresa nuestra vocación trascendente. Ella no es un agregado a la vida del hombre, sino un signo de su dimensión espiritual.
Es significativo que los discípulos no le pidan grandes cosas a Jesús, sino algo simple: “Señor, enséñanos a orar” (Lc. 11, 1), que es como decirle danos lo importante, es decir, aquello que nos permita dar sentido a nuestra vida. Por ello, cuando una madre enseña a rezar a su hijo lo está introduciendo en esa verdad profunda del hombre como ser espiritual. Le está dando lo más importante. La oración no es tanto una cuestión piadosa, cuanto una verdad antropológica en la que el hombre se descubre. Este domingo en la liturgia leemos un pasaje del evangelio de san Lucas, en el que Jesús nos advierte sobre la actitud con la cual debemos orar. Nos va a hablar de la humildad, como actitud básica que tiene su fuente en esa verdad de nuestra relación de criaturas frente a Dios, y que se debe vivir y expresar en nuestra relación de amor hacia los demás. Podríamos decir que la fe que nos introduce en ese diálogo con Dios, tiene que hacerse camino de caridad con nuestros hermanos.
“Dos hombres subieron al Templo para orar, dice Jesús, uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo oraba en voz alta diciendo: Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás…., ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de mis entradas. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia… se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador! Les aseguro, concluye Jesús, que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero” (Lc. 18, 9-14). Como vemos, el camino de la oración que nos presenta Jesús no se construye con grandes cosas sino con actitudes simples, como es el espíritu de fe y la sencillez de corazón. Lo simple de la pobreza espiritual y la humildad, son las actitudes básicas que permiten ese diálogo fecundo con Dios que nos abren a una Vida Nueva, que es causa de nuestra liberación y santidad.
Deseándoles un buen fin de semana en compañía de su familia y amigos, les hago llegar junto a mi afecto y oraciones, mi bendición de Padre y amigo.

Mons. José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

miércoles, 27 de octubre de 2010

Noviembre mes de los difuntos

A todos nos preocupa la muerte, sin embargo, para los cristianos no debe ser motivo de angustia y desesperación. A través de la muerte, el hombre consigue llegar a su fin último que es volver a Dios de quien procede.


En este enlacehttp://www.encuentra.com/articulos.php?id_sec=191&id_art=5877

encontrarás artículos muy interesantes relacionados con este tema (la tradición del 2 de noviembre, orando por los difuntos, muerte y resurrección, indulgencias, el purgatorio,...)

jueves, 21 de octubre de 2010

24 Sentencias sobre la virtud del silencio

1. Adentrarse en la multitud, supone ahogar 
el clamor del propio 
silencio.



2. El estremecedor silencio de los que se creen bondadosos, ha impedido que los crímenes contra la humanidad se conozcan y castiguen. 
3. El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. 
4. El silencio bien llevado. puede ser un ruido muy fuerte para otros. 
5. El silencio de algunos. ha hecho que parte del mundo se pudra. 
6. El silencio del envidioso. está lleno de ruidos. 
7. El silencio, el patrimonio de los fuertes. 
8. El silencio es un argumento difícil de refutar. 
9. El silencio es, después de la palabra, el segundo poder del mundo. 
10. El silencio no vuelve loco. Lo que vuelve loco es el ruido. 
11. El silencio por omisión, es la gran mentira. 
12. El silencio puede ser la conversación de las personas que se quieren. Lo importante no es lo que se dicen, sino lo que no es necesario decirse. 
13. En el silencio se puede escuchar la voz de Dios. 
14. Es muy difícil aprender de los silencios ajenos. 
15. Guarda silencio si no tienes nada mejor cosa para decir. 
16. Guardar silencio a veces ofende más, pues impide la replica. 
17. Hay que procurar que las palabras sean mejores que el silencio. 
18. Hay silencios insoportables, para los que tienen demasiado ruido dentro de ellosmismos. 
19. Los silencios son unas de las artes más grandes de la conversación. 
20. Manejar el silencio, es más difícil que manejar la palabra. 
21. Más vale un prudente silencio, que una verdad poco caritativa. 
22. No rompas el silencio, si no es para mejorarlo. 
23. Nos conviene volver al silencio, para saborear la paz interior y reconocernos a nosotros mismos. 
24. Soy tan partidario de la virtud del silencio, que podría hablar horas enteras sobre ella.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Oración Mariana

(me ha parecido preciosísima)

Préstame, Madre, tus ojos
para con ellos mirar,
porque si con ellos miro
nunca volveré a pecar.

Préstame, Madre, tus labios
para con ellos rezar, 
porque si con ellos rezo
Dios me tendrá que escuchar. 

Préstame, Madre, tu lengua
para poder comulgar,
porque tu lengua es patena
de amor y de santidad.

Préstame, Madre, tus brazos
para poder trabajar,
que así rendirá el trabajo
una y mil veces más. 

Préstame, Madre, tu manto
para cubrir mi maldad,
pues cubierto con tu manto
al Cielo podré llegar.

Préstame, Madre, a tu Hijo,
para poderlo adorar,
pues si me das a Jesús
¿qué más puedo yo desear?

Así me darás la dicha
por toda la eternidad.

lunes, 11 de octubre de 2010

Ángeles Custodios: Nuestros Guardaespaldas Celestiales

Cada persona tiene un ángel custodio, se conmemoran el día 2 de Octubre.


¿Quiénes son los ángeles custodios?

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.

En el antiguo testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)
En el nuevo testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.
También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.
El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

Cuida tu fe

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.

Si quieres saber más de ellos, consulta Más de los ángeles,
Miguel, Gabriel y Rafael Arcángeles
www.aciprensa.com

domingo, 10 de octubre de 2010

Significado de abadía, cartuja, cenobio, claustro, convento, monasterio, priorato.

Abadía [Del lat. tardío abbatia, derivado del latín abbas, abbatis, y éste del arameo abba ‘padre’, pasando por el griego] es un monasterio o una iglesia gobernado por un abad o una abadesa. Es también el territorio y bienes pertenecientes al abad. Asimismo, expresa la dignidad del abad.
Cartuja es el monasterio perteneciente a la austera orden religiosa de la Cartuja, fundada por san Bruno, cuyos monjes se llaman cartujos.
Cenobio [Del lat. coenobĭum, y este del gr. koinobion (κοινόβιον) ‘vida en común’, compuesto de coinós ‘común’ y bíos ‘vida’] es término, hoy literario, que alude a la habitación y vida religiosa en común.
Claustro es el patio principal de la abadía, de ordinario rodeado de pórticos donde se reúnen los monjes para su recreo. En sentido figurado significa también el estado religioso. En el orden docente equivale a la junta formada por el rectos y los catedráticos de las universidades. También se aplica a las juntas formadas por los catedráticos y directores de otros centros de enseñanza.
Convento [Del lat. conventus, ‘congregación’] indica no sólo el edificio donde viven los religiosos, sino la comunidad de personas religiosas que habitan en una misma casa.
Monasterio [Del lat. monasterĭum, y este del gr.  Monasterion  (μοναστήριον); del griego monakhós ‘único, solitario’ se deriva monje, de la forma vulgar latinamonicus] es palabra que se ciñe estrictamente al lugar, por lo general fuera del poblado, donde viven en comunidad los monjes.
Priorato. [Del lat. priorātus ‘preeminencia’] en un principio sirvió para designar la casa en que habitaban varios monjes pertenecientes a un monasterio, cuyo abad nombraba el superior de éstos, llamado prior. Luego pasó a significar el oficio y el territorio de las comunidades religiosas regidas por un prior. Este mismo término se aleja del sentido religioso para servir de nombre a un renombrado vino tinto español procedente de una comarca catalana.»
[Zainqui, José María: Diccionario razonado de sinónimos y contrarios. Barcelona: Editorial De Vecchi, 1997, p. 9]

sábado, 9 de octubre de 2010

La Belleza de una plegaria: El Santo Rosario

Desde los primeros tiempos de la Iglesia, los fieles han intuido la radiante belleza de «María, ensalzada por gracia de Dios después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y de todos los hombres, por ser Madre santísima de Dios, […] a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos los peligros y necesidades» (LG VIII, 66).
El Rosario es una de las prácticas más antiguas y más bellas de la piedad popular. Bello es su nombre, bello su origen, bella la oración en sí, bella la forma, bello el esplendor… ¿Habrá algún espacio del Rosario que carezca de belleza? Pero sobre todo es bello, insuperablemente bello, el término «ad quem», la persona a la que van dirigidas las plegarias: ella es María, la Santa Madre de Dios.
Decía Pablo VI: «Oración evangélica es, por tanto, el Rosario, como hoy día, quizá más que en el pasado, gustan definirlo los pastores y los estudiosos» (Marialis Cultus).
El nombre de Rosario, nos sugiere la belleza de una tierna flor que dio origen al color más romántico de la escala cromática: el color rosa; y a un perfume de evocaciones celestes: el olor a rosas.
La relación del Rosario con las rosas se debe a la leyenda del dominico Alan de Rupe, del siglo XV. En sus predicaciones, el P. Rupe nos narra una aparición de la Santísima Virgen a Santo Domingo mostrándole una hermosa guirnalda de rosas con un  mensaje: enseñar a las gentes sencillas a rezar aquellas oraciones que, en alusión a la guirnalda de rosas, se conocería con el nombre de Santo Rosario.
Los orígenes de esta plegaria, se remontan a una iniciativa de los monasterios medievales donde los monjes que no sabían leer, al no poder seguir los salmos, tampoco se incorporaban a los oficios corales. La solución fue unirse a la oración con la repetición de Padrenuestros. Con este motivo, en Inglaterra aparece un gremio dedicado a elaborar un instrumento para contar el número de oraciones; y este artilugio, sencillo y continuado, da lugar a lo que hoy llamamos las cuentas del Rosario. Su uso, coincide con la incorporación y medición del número de las «salutaciones angélicas» (primera parte del Ave María) agregadas a cada Padrenuestro.
En pleno siglo XVI, a los Padrenuestros y Avemarías (con el complemento del Santa María) del Rosario, se les añade la contemplación de los pasajes evangélicos, los misterios, que reafirman su belleza teológica. El papa S. Pío V promueve y establece definitivamente, en una bula papal, el rezo del Santo Rosario tal como nosotros lo conocimos: con sus misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos a los que Juan Pablo II incorporó los misterios Luminosos. Y con esta acción contemplativa, eminentemente estética, el Rosario se convierte en una oración de ritmo reiterativo, pausado y reflexivo.
Las gentes de los lugares cercanos a los monasterios encontraron, en estas formas paralelas a los oficios monacales, el modo de incorporarse a la liturgia coral convirtiendo el rezo del Rosario en una advocación mariana de religiosidad popular. La sencillez, el ritmo y la eficacia de la plegaria se convirtió en un medio extraordinario de seducción de masas. Así se explica el éxito del rezo del Rosario, cuyas ciento cincuenta avemarías reproducen los ciento cincuenta salmos del salterio litúrgico. A esta devoción mariana se unió el rezo del «Ángelus» que correspondía a las demás horas canónicas.
En los monasterios (igual que en las catedrales), los horarios de coro se anunciaban con un toque de campanas para recordar los tiempos de la oración. De este modo, la misma fe y la misma devoción unía al monje y al pueblo en un bello y fervoroso canto de alabanza que, por Cristo, con él y en él, conduce, en el Espíritu, a Dios Padre creador..
Cada uno de los misterios, en particular, embellece el ritmo del Rosario y «con él ―dice Juan Pablo II―, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor» (Rosarium Virginis Mariae). En una visión de conjunto, comenta Pablo VI, «el Rosario considera, en armónica sucesión, los principales acontecimientos salvíficos que se han cumplido en Cristo [..] El Rosario -termina diciendo- es una oración excelente, pero el fiel debe sentirse libremente atraído a rezarlo en serena tranquilidad por la intrínseca belleza del mismo» (Marialis Cultus).
Después de estas hermosas palabras de Juan Pablo II y Pablo VI, por las que nos invitan a aprender de nuestra Santísima Madre «a contemplar la belleza del rostro de Cristo», permitidme que termine con la misma pregunta inicial: ¿Habrá algún espacio del Rosario donde esté ausente la belleza?

P. Jesús Casás Otero, sacerdote

lunes, 4 de octubre de 2010

El Papa a jóvenes: No tengan miedo de entregarse completamente a Jesús

LONDRES, 18 Sep. 10 / 01:33 pm (ACI)

En su discurso de la vigilia de oración por la beatificación del Cardenal Newman que se celebra este domingo, el Papa Benedicto XVI dedicó un mensaje especial a los miles de jóvenes presentes. A ellos los alentó a no tener miedo de entregarse completamente a Jesús, a abrirle el corazón para conocer su plan
A los miles de jóvenes presentes, el Papa recordó que "sólo Jesús conoce la ‘misión concreta’ que piensa para vosotros. Dejad que su voz resuene en lo más profundo de vuestro corazón: incluso ahora mismo, su corazón está hablando a vuestro corazón".
Cristo, continuó, "necesita familias para recordar al mundo la dignidad del amor humano y la belleza de la vida familiar. Necesita hombres y mujeres que dediquen su vida a la noble labor de educar, atendiendo a los jóvenes y formándolos en el camino del Evangelio".
El Señor, dijo también el Papa, "necesita a quienes consagrarán su vida a la búsqueda de la caridad perfecta, siguiéndole en castidad, pobreza y obediencia y sirviéndole en sus hermanos y hermanas más pequeños. Necesita el gran amor de la vida religiosa contemplativa, que sostiene el testimonio y la actividad de la Iglesia con su oración constante. Y necesita sacerdotes, buenos y santos sacerdotes, hombres dispuestos a dar su vida por sus ovejas".
"Preguntadle al Señor lo que desea de vosotros. Pedidle la generosidad de decir sí. No tengáis miedo a entregaros completamente a Jesús. Él os dará la gracia que necesitáis para acoger su llamada".
Finalmente el Papa invitó a los jóvenes a acompañarlo "el próximo año en Madrid en la Jornada Mundial de la Juventud. Siempre es una magnífica ocasión para crecer en el amor a Cristo y animaros a una gozosa vida de fe junto a miles de jóvenes. Espero ver a muchos de vosotros allí".

domingo, 3 de octubre de 2010

Osoro bendice el próximo martes 14 de Septiembre el ´Pequeño Monasterio de la Transfiguración´

DIARIOCRÍTICO COMUNITAT VALENCIANA - Domingo 12 de septiembre de 2010 a las 20:26 h.
El prelado presidirá, además, la profesión de votos temporales de dos jóvenes hermanitas naturales de Gandia y de Barcelona, según ha iinformado el Arzobispado.

Junto con monseñor Osoro, concelebrarán en la eucaristía varios Hermanitos del Cordero, entre ellos su cofundador, Jean-Claude Chupin, así como sacerdotes diocesanos. En la ceremonia participará también, entre otros, la fundadora de las Hermanitas del Cordero, Marie Coqueray.

El nuevo monasterio, ubicado "en medio del monte", en un paraje a cuatro kilómetros de distancia de la población de Navalón, se construye desde hace tres años, según han indicado fuentes de las Hermanitas del Cordero. Cuenta con seis celdas, refectorio, cocina y despensa, un lavadero y un oratorio. Las obras "se acercan a su fin", a falta de la conclusión de una de sus casas.

El monasterio recibe el nombre de ´Pequeño Monasterio de la Transfiguración´, ya que santo Domingo de Guzmán, fundador de los Dominicos, orden a la que pertenecen las Hermanitas, "pidió a sus hermanos casas bajas, sencillas y humildes". Por ello, la edificación es "sencilla, humilde, conformada por varias casas independientes".

En la construcción han colaborado feligreses de diversas parroquias a través de donativos y ayudando en las tareas de edificación. Durante los trabajos, "muchos han podido contemplar la obra de Dios: los trabajadores y profesionales, gran cantidad de jóvenes de Valencia y poblaciones cercanas o vecinos de Navalón", han expresado. Las religiosas han dado "gracias a Dios por este lugar y a los que han hecho posible lo que hace unos años parecía un imposible humano".

En la actualidad, las Hermanitas del Cordero, fraternidad religiosa contemplativa surgida en febrero de 1983 en Francia en el seno de la orden de los Dominicos, están integradas por 130 religiosas en todo el mundo. Su carisma se basa en la vida contemplativa de entrega a los más desfavorecidos y su misión es predicar el Evangelio, sobre todo en los barrios pobres de las ciudades donde están implantadas. En la archidiócesis de Valencia hay nueve religiosas, que forman una misma "comunidad itinerante" entre la capital valenciana y Navalón.

Monseñor Osoro visitó el pasado mes de octubre las obras del monasterio, donde fue recibido por Marie Coqueray, así como por varias hermanitas y hermanitos llegados de distintos puntos de España, junto con un centenar de jóvenes seglares valencianos. El arzobispo emérito de Valencia, el cardenal Agustín García-Gasco, también visitó el monasterio en marzo del pasado año.

http://www.diariocriticocv.com/noticias/not342006.html

sábado, 2 de octubre de 2010

Misión y contemplación en conventos de clausura de Zaragoza

OMPRESS-ZARAGOZA (9-09-10).- "Misión y Contemplación" es una iniciativa de oración y encuentro en un monasterio de religiosas contemplativas que se desarrollará a lo largo del año eligiendo cada mes uno de estos conventos de clausura. Abiertas a toda persona que quiera participar, estas citas unirán a la contemplación de las religiosas la animación de una congregación o grupo misionero.
El siguiente encuentro, el del mes de octubre, se desarrollará en las Carmelitas Descalzas del Monasterio de Santa Teresa de Jesús (Zaragoza).

viernes, 1 de octubre de 2010

Fray Leopoldo, capuchino español beatificado el 12 de Septiembre de 2010

GRANADA, jueves 9 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).-  "Ya ves, hermano, nos hacemos religiosos para alejarnos del mundo y, ahora, hasta nos sacan en los papeles", fue el comentario que hizo Fray Leopoldo da Alpandeire Marquez Sánchez (1864-1956)  a un hermano de su comunidad al cumplir 50 años de religioso, hecho que fue registrado en algunos periódicos de su ciudad.
Y hoy, más de medio siglo después de su muerte, este humilde fraile capuchino, de barba blanca y mirada serena, vuelve a ser noticia: será beatificado el próximo domingo en Granada, en una ceremonia que presidirá el arzobispo Angelo Amato, prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos, en representación del Papa Benedicto XVI.
"Su santidad no consistió en hacer grandes obras sociales, creando hospitales o grandes ONG", explica en diálogo con ZENIT su vicepostulador, el padre Alfonso Ramírez Peralbo OFMCap. "No pertenecía a dinastías nobles, ni a linajes de abolengo, no había hablado desde cátedras o púlpitos, porque no brillaba por su saber. Tampoco había dejado su convento para hacerse misionero en tierras lejanas".
Para el padre Ramírez, Fray Leopoldo alcanzó la santidad en las cosas pequeñas: "Cada cosa que hacía, la hacía como si fuese la primera vez. Era esa frescura de cada uno de sus actos, reiterada y monótonamente repetidos, lo que daba sentido sobrenatural y llenaba toda su vida".
Hoy, el número de peregrinos que anualmente visita la tumba de Fray Leopoldo supera los 800.000. "Creo que eso lo dice todo", agrega el padre Ramírez.
Para la beatificación de este fraile se espera la asistencia de unos 300.000 fieles procedentes de diferentes localidades, especialmente del sur de España donde se le tiene más devoción. La cantante andaluza Rosa López abrirá la ceremonia con el canto del Avemaría acompañada por el pianista Alfonso Berrío.
Infancia y juventud llenas de piedad
Francisco Tomás, como es su nombre de pila, nació en Alpandeire, una pequeña población ubicada en las extremidades de la sierra de Jarestepar al sur de Ronda, en la provincia de Málaga, al sur de España.
De pequeño se dedicaba a criar ovejas y cabras y al cultivo de la tierra, tareas que desempeñaba mientras rezaba el rosario. "Quienes le conocieron, cuentan que cuando decía: ‘Dios te salve, María, llena eres de gracia', parecía como si estuviese viendo y hablando con nuestra Señora", relata el padre Ramírez.
Desde pequeño fue cultivando virtudes como la generosidad y el desprendimiento: "Repartía su merienda con otros pastorcillos más pobres que él, o daba sus zapatos a un menesteroso que los necesitaba, o entregaba el dinero ganado en la vendimia de Jerez, a los pobres que encontraba por el camino de regreso a su pueblo", dijo su vicepostulador.
Vocación de capuchino
Francisco Tomás descubrió su vocación después de escuchar la predicación de dos capuchinos en Ronda en 1894, para celebrar la beatificación del capuchino Frau Diego José de Cádiz.
A los 35 años vistió el hábito en el convento de Sevilla. Cambió así el nombre de Francisco Tomás por el de Leopoldo, según los usos de la Orden. "Su ingreso en religión no fue una conversión clamorosa, no supuso un cambio radical de rumbo en su vida, le bastó sólo con sublimar compromisos y actitudes hasta entonces cultivadas", aclara el padre Ramírez.
"Su amor a Dios, la oración, el trabajo, el silencio, la devoción a la Virgen así como la penitencia marcarían ya su vida", dice su vice postulador. "La cruz y la pasión de Cristo serían para él, a partir de ahora, objeto de meditación y de imitación".
Así el 16 de noviembre de 1900 hizo su primera profesión; a partir de entonces vivió cortas temporadas como hortelano en los conventos de Sevilla, Antequera y Granada. El 23 de noviembre de 1903 emitió en Granada sus votos perpetuos.
La calle, su nuevo claustro
En 1914 Fray Leopoldo viajó nuevamente a Granada donde permaneció hasta la muerte y donde cumplió con el oficio de limosnero. "De ahora en adelante, las montañas, los valles, los caminos polvorientos, las calles, serían el templo y el claustro de su vida capuchina", cuenta el padre Ramírez.
A pesar de su alta sensibilidad para la vida contemplativa, el con tacto con los hombres se convirtió en su nuevo medio para alcanzar la santidad. Lejos de distraerse, esto le ayudaba a salir de sí mismo. "Fue una ocasión para cargar sobre sí el peso de los demás, para comprender, ayudar, servir, amar. Era, como ha dicho un ferviente devoto suyo, ‘distinto pero no distante", asegura el sacerdote.
Se le veía por las calles con los pies descalzos, la mirada en el cielo y el rosario en la mano. Así atraía la atención y la ayuda de los transeúntes. Cada vez que recibía una limosna rezaba tres Avemarías. "Sólo oírlas, dicen algunos, daba verdadero escalofrío", señala el padre Alfonso, gracias a los testimonios que ha escuchado como vice postulador.
Durante la persecución religiosa española de 1936, Fray Leopoldo no estuvo exento de calumnias ni de rechazos: "recibió insultos y amenazas de muerte. Casi todos los días lo apedreaban y una vez escapó de la lapidación porque intervinieron en su defensa algunos hombres", cuenta el padre Ramírez.
El 1953 cayó rodando por unas escaleras, tuvo una fractura en el fémur. Los huesos se anudaron y volvió a caminar con la ayuda de dos bastones "Así pudo entregarse totalmente a Dios que había sido la única pasión de su vida", dice su vicepostulador.
Fray Leopoldo murió el 9 de febrero de 1956. "La noticia levantó un rumor de duelo que, desde todos los rincones de la ciudad, confluía hacia el humilde convento", escribió Fray Ángel de León en un artículo titulado El día en que murió Fray Leopoldo, publicado en la página oficial de su beatificación http://www.frayleopoldo.org/
Millares de granadinos fueron a ver su cuerpo sin vida. "Su cripta es testigo del rodar silencioso de infinitas lágrimas de agradecimiento. Hombres recios, curtidos por la vida, narran prodigios experimentados en su propia carne o en la de seres queridos", describe Fray Ángel.
Así la fama de santidad de Fray Leopoldo se dispersó "como una mancha de aceite, sin propaganda alguna". Su vicepostulador asegura que Fray Leopoldo "testimonió el misterio de Cristo pobre y crucificado con el ejemplo y la palabra, al ritmo humilde y orante de la vida cotidiana".
Por Carmen Elena Villa