La JMJ está a punto de comenzar, y miles de personas ya se han unido a proyectos con los que demostrarán que «muchos pocos hacen mucho». Uno de esos ejemplos es «Coser y cantar», una iniciativa en la que parroquias, conventos y particulares han puesto su granito de arena desde las pasadas Navidades en la confección de lienzos y ornamentos que serán empleados en la JMJ, y que una vez finalizada serán entregados al Papa como regalo para que sean destinados a iglesias jóvenes y lugares de nueva evangelización. Lo cuenta Tamara Fernández en La Razón.
La hermana Piedad Guzmán ha sido la encargada de gestionar la recepción de los paquetes y no puede evitar sorprenderse por la acogida, «sabíamos que la gente iba a colaborar, pero ni mucho menos hasta el nivel de contar con 800 conventos y 350 roperos particulares ».Uno de esos roperos lo dirigeConchita Cremades, una mujer que junto a un equipo de familiares y conocidos no dudó en ponerse manos a la obra nada más recibir el folleto, «hemos puesto un entusiasmo enorme en cada puntada».
«Al principio nos reuníamos un día a la semana, pero nos enganchamos tanto que a veces nos llevábamos el trabajo a casa. El hecho de pensar que tu ábalo puede ser el que lleve el Papa, te anima a coser sin parar». La condición social tampoco ha sido un inconveniente para aportar un a mano, «hay ejemplos muy conmovedores que demuestran que el amor hacia Dios no entiende de clases.
Uno de ellos es el de una mujer que nos llamó diciendo que no tenía dinero, pero que había pedido a los vecinos una ayuda simbólica para poder tejer, finalmente recaudó 10 euros con lo que bordó lo que pudo» comenta Guzmán a la vez que recalca el caso de una mujer ciega. «A la iglesia a la que iba asistía un alto ejecutivo y le dijo que si quería participar cosiendo y tejiendo, el hombre la dijo que no sabía pero que aportaba un cheque de 500 euros para comprar las telas que hiciesen falta».
«Coser y cantar» también sirvió para tener en cuenta la necesidad de material de muchas iglesias «una monja nos llamó y nos dijo que nos mandarían varios ornamentos pero que si podían quedarse alguno por que su párroco tenía que limpiarse con servilletas», alega la hermana Guzmán. El proyecto ha sido un triunfo «hemos recibido paquetes de Francia, Polonia o Bélgica» destaca Enriqueta, una de las colaboradoras. El éxito ha animado a sus promotores a pensar en otra iniciativa «Planchar y cantar», que consiste en tener listos hasta el último detalle todo el material para que sean recibidos por Benedicto XVI en buenas condiciones.
Se calcula que 10.000 sacerdotes participarán en los distintos actos religiosos, que contarán con una asistencia de más de un millón y medio de jóvenes. Según los organizadores de la JMJ, se necesitarán 10.000 kilómetros de hilo, 40 kilómetros de casullas, 15 kilómetros de albas o 5 kilómetros de purificadores. Por ello el único requisito para ayudar en la iniciativa «Coser y cantar» es tener habilidades de costura, y el objetivo es confeccionar la cantidad ingente de lienzos que se necesitarán en las misas que en la semana de la Jornada Mundial de la Juventud se van a celebrar.
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