viernes, 4 de septiembre de 2009

Huellas



Una noche un hombre tuvo un sueño.

Soñó que iba paseando por una playa.

A medida que caminaba,

se iba proyectando en su mente la película de su vida.

Se dio cuenta de que en cada escena de la película de su vida

existían dos pares de huellas en la arena: las suyas y las de Dios.

Cuando la última escena de su vida apareció ante él,

volvió a mirar retrospectivamente

las huellas sobre la arena de la playa.

Entonces notó que muchas veces

a lo largo de su vida había tan sólo un par de huellas...

Comprobó que ocurría

en los momentos más difíciles de su existencia.

Llego a preocuparse en gran manera por este hecho,

y preguntó a su Dios:

—"Señor,

tú me dijiste una vez que si decidía seguirte,

caminarías siempre conmigo...

Sin embargo he notado que durante los momentos de mi vida

en que tenía más dificultades y problemas

tan solo existía un par de huellas.

No comprendo por qué

cuando más te necesitaba más me abandonabas".

Su Dios respondió:

—"Hijo, te quiero y nunca te he abandonado.

En los momentos de angustia y sufrimiento,

cuando tú has contemplado tan sólo un par de huellas,

eran los momentos en que yo te transportaba en mis brazos".

(Anónimo brasileno)

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